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Aleis Barsalla
Información cronológica
Primera aparición ECDI 24
Última aparición ECDI 34
Información biográfica
Nombre completo Aleis Barsalla
Nacionalidad Far Madding
Información política
Título Primera Consiliaria
Afiliación Far Madding
Ocupación Primera Consiliaria de Far Madding (I - IX)
Descripción física
Género Mujer
Estatura Alta
Pelo Negro con pinceladas blancas
Ojos Oscuros

Aleis Barsalla es la Primera Consiliaria de Far Madding. Aunque esta ciudad-estado está oficialmente gobernada por el Consejo de Consiliarias, Aleis puede ser considerada la auténtica dirigente del lugar a todos los efectos pese a que a ojos de la población sea una "primera entre iguales" y su posición dependa del acuerdo con el resto de Consiliarias.

Apariencia[]

La Primera Consiliaria es descrita como una mujer alta y de porte majestuoso, que viste con elegancia y luce la diadema indicativa de su cargo como si se tratase de una corona. Es difícil determinar su edad, ya que aunque tiene pinceladas blancas en su pelo negro, su rostro carece de arrugas. Sus ojos son oscuros y están llenos de sabiduría y de compasión.

Historia[]

No se sabe gran cosa sobre Aleis, salvo que su familia ha estado relacionada con el comercio y con la política durante muchas generaciones, siendo una de las casas más adineradas e importantes de Far Madding. Se desconoce el tiempo que lleva siendo la Primera Consiliaria de la ciudad, pero conoce desde la Guerra de Aiel (veinte años antes de los eventos centrales narrados en la serie) a Cadsuane Melaidhrin. Según ésta última, en aquella época "corrigió" una mala costumbre de Aleis, y el solo recordatorio incomoda visiblemente a la Primera Consiliaria.

Sinopsis[]

El Corazón del Invierno[]

Aleis Barsalla y las demás Consiliarias reciben a Cadsuane Melaidhrin y su grupo cuando la formidable Aes Sedai exige una audiencia inmediata con las dirigentes de Far Madding. Una contenida pero cortés Aleis saluda a los recién llegados y es particularmente amable con Harine din Togara Dos Vientos, la Señora de las Olas que viaja con Cadsuane. En presencia de Aleis el Guardián de Far Madding alerta de que un varón ha encauzado el Poder Único en las proximidades de la ciudad (una treta organizada por la propia Cadsuane), alertando a los custodios y a las Consiliarias. Este hecho es aprovechado por Verin Mathwin para sacar a relucir que en el pasado Far Madding fue conquistada por un hombre capaz de encauzar, Guaire Amalasan, pese a la presencia del Guardián. Aleis no puede disimular su disgusto ante el rumbo que adquiere la conversación y la relación que tiene este hecho con la proximidad de los ejércitos del Dragón Renacido, y ofrece su palacio a los visitantes.

Unos días después de este encuentro, Rand al'Thor es hecho prisionero por las fuerzas de seguridad de Far Madding y encerrado en una celda. Aleis está decidida a hacer cumplir el decreto promulgado por Elaida a'Roihan y mantener encerrado al Dragón Renacido hasta que las Aes Sedai de la Torre Blanca se ocupen de él, y no se arredra ante Cadsuane cuando ésta acude a su presencia exigiendo que Rand sea puesto en libertad. Cadsuane trata de intimidar a la Primera Consiliaria revelando que los tres hombres que la acompañan son Asha'man, pero Aleis se mantiene en sus trece. Por ello, tanto Cadsuane como Nynaeve al'Meara recurren a la última arma que les queda y, por medio del Poder Único almacenado en sus Pozos de Saidar, hacen creer a las Consiliarias que el Guardián de Far Madding no es infalible y que los Asha'man pueden encauzar.

Al ver cómo su diadema es retirada por Cadsuane y vuelta a poner sobre su cabeza aparentemente por Damer Flinn, Aleis Barsalla acaba claudicando y, entre temblores, accede a poner en libertad a Rand al'Thor y a dejar que todos se marchen sin que sus nombres figuren en los registros de la ciudad. Viendo las miradas que intercambian las otras Consiliarias, Cadsuane comprende que con este gesto ha acabado con la carrera de Aleis y que ésta será forzada a renunciar a su cargo en cuanto se vayan. La Aes Sedai lamenta la caída de Aleis Barsalla y para sus adentros reconoce que era una buena gobernante, pero no se arrepiente de lo que ha hecho, ya que ha intentado obstaculizar el camino que debe recorrer Rand al'Thor.

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