Los alfinios son unos seres de apariencia humanoide combinada con marcados rasgos de serpiente. Habitan en un mundo aparte, al que se puede acceder a través de un portal rojo situado en la Gran Reserva de la Ciudadela de Tear. De acuerdo con un antiquísimo pacto al que hacen referencia, los alfinios conceden a todas las personas que acuden a verlos respetando las normas tres respuestas, siempre que éstas no estén directamente relacionadas con la Sombra.
Apariencia[]
De lejos los alfinios casi podrían pasar por seres humanos, pero sólo hay que echarles un vistazo para comprobar que son unos seres totalmente diferentes. Independientemente de su sexo, son muy altos y delgados, y sus movimientos son demasiado gráciles para ser confundidos con los de los humanos. Su cuerpo y extremidades están cubiertos por holgadas vestiduras de color amarillo, con la excepción de los tres que parecen ser sus líderes, que visten de rojo. Caminan descalzos y tienen los dedos de las manos y de los pies anormalmente finos y alargados. Sus rostros son estrechos y también muy alargados, y en ellos llaman la atención sus ojos, reducidos a brillantes pupilas negras y verticales. Parece ser que carecen de dientes. Todo en ellos recuerda a las serpientes; incluso andando parecen estar deslizándose sobre el suelo. Tienen el pelo negro, largo y liso y una piel pálida que reluce de forma semejante a las escamas de un reptil.
A menudo llamados los hombres-serpiente o simplemente serpientes, los alfinios hablan la Antigua Lengua de una forma marcadamente áspera y susurrante. Es posible que parte de la fama que tienen de que sus palabras puedan ser interpretadas de múltiples formas y sean de naturaleza engañosa provengan del hecho que usen la Antigua Lengua, un idioma que los habitantes de la Tercera Era no suelen captar en su significado más completo. Pese a tener un aspecto frágil, los alfinios son adversarios muy peligrosos, agiles, fuertes, veloces y totalmente implacables. En el combate portan espadas de bronce.
Mundo[]
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El mundo de los alfinios está hecho todo de líneas curvas y espirales, con la única excepción del suelo, y en él existe un pertinente olor seco y desagradable. Su verdadera ubicación es desconocida, pero está estrechamente relacionado con el de los elfinios, probablemente entrelazados como una tupida telaraña. Se sabe que los alfinios y los elfinios mantienen una extraña relación, más bien de colaboración que de antagonismo. Aunque no se ha visto a ejemplares de ambas razas juntos en una misma habitación, se sabe que ambos trabajan juntos y, entre otras cosas, han sido responsables de hechos como mantener prisionera a Lanfear, como ella misma recordaría más adelante. En cualquier caso, existen dos métodos conocidos de acceder al mundo de los alfinios: el ter'angreal con aspecto de marco de color rojo custodiado en la Ciudadela de Tear y la Torre de Ghenjei.
Al acceder a este extraño lugar a través del marco rojo, el viajero se encuentra en una habitación de planta circular con las paredes decoradas en algunos lugares con lo que parecen ser inscripciones de bronce que se extienden hacia arriba hasta perderse en las sombras. Soportando la estancia hay varias columnas espirales de color amarillo que no son obra de la mano humana y que giran en torno a sí mismas como plantas trepadoras. La única iluminación presente es la que facilitan unas esferas brillantes hechas de algún metal blanquecino con una tonalidad demasiado mortecina para ser plata. Abandonando esta sala, el viajero se encontrará con una sucesión de pasillos y otras habitaciones interconectados entre sí sin ningún patrón aparente y a menudo sin responder a la lógica. Los marcos de las entradas son redondeados y las ventanas que se encuentran en los pasadizos son siempre círculos perfectos que se encuentran sólo a un lado. Las paredes de los pasillos son curvas y están decoradas exclusivamente con espirales y líneas sinuosas de color amarillo.
Si el visitante trata de averiguar la ubicación exacta del lugar donde se encuentra mirando por las ventanas, a menudo contemplará extrañas plantas que son una prueba más de que no está en su propio mundo. El paisaje está compuesto de árboles semejantes a sombrillas o a abanicos, siempre alumbrados por una tenue luz de fuente desconocida y en un cielo sin nubes. Incluso dando giros y vueltas a lo largo de los pasillos, las ventanas darán siempre a estos bosques y, de vez en cuando, a tres torres altas y ahusadas que se curvan hacia un mismo punto. Estas tres torres no parecen estar conectadas entre sí ni con los pasillos desde los cuales se pueden apreciar, pero las leyes del espacio y del tiempo no son las mismas en este mundo y se sabe que se puede llegar a ellas siguiendo una secuencia de pasillos y habitaciones, si se escoge la combinación correcta de corredores.
Características[]
Los alfinios no son servidores de la Sombra, pero son tan diferentes de los seres humanos que algunos de sus comportamientos podrían ser considerados malévolos. Al igual que los elfinios, los alfinios parecen nutrirse de las emociones, sensaciones y vivencias de las personas que acuden a visitarlos. De hecho, los viajeros que se encaran con ellos no dejan de sentir en ningún momento una incómoda sensación de ser observados hasta lo más profundo de su propio ser y de que están alimentándose de uno mismo. Según se cree, el "sabor" de los ta'veren y de las personas con la capacidad de encauzar el Poder Único les es particularmente agradable. Sin embargo, los alfinios experimentan con especial fuerza la presencia de los ta'veren en sus dominios, hablando de una gran tensión que amenaza con destruirlos; ésta es la razón por la que reaccionaran con tanta alarma y rapidez cuando Rand al'Thor y Mat Cauthon, dos poderosos ta'veren, entraron casi simultáneamente en su mundo.
Las tres respuestas[]
Una entrada el doble de grande que las otras lleva al viajero (que de acuerdo con las tradiciones deberá acudir guiado por un alfinio que lo habrá recogido en la puerta de acceso a su mundo) a una cámara de enormes dimensiones donde se le concederán tres respuestas. Esta sala también es circular y está adornada con espirales rojas y blancas. No hay ninguna columna, pero sí tres elevados pedestales sobre los que se sientan con las piernas cruzadas tres alfinios vestidos de rojo, presumiblemente los líderes o al menos los más sabios de su pueblo. En el pedestal central se encuentra un hombre, mientras que en los otros dos hay una mujer.
La Aes Sedai Moraine Damodred cree que el mundo de los alfinios está retorcido de alguna manera especial sobre el Entramado que permite a sus habitantes "leer el hilo de la vida de una vida humana" y atisbar posibles destinos de la misma, o bien que el don que tienen de poder dar respuestas concernientes al futuro sean algún tipo de Talento propio de esta gente. Sea como sea, lo cierto es que los alfinios facilitan tres respuestas a todas las personas que se arriesguen a visitarlos, una vez pronunciadas las preguntas correspondientes. Las preguntas sobre la Sombra están totalmente prohibidas, y también aquéllas que sean consideradas frívolas o intrascendentes. El castigo exacto no se conoce, pero se rumorea que es la muerte, la locura o incluso algo peor. El pacto con el visitante garantiza que las tres respuestas le serán facilitadas, pese a que el viajero desconozca la Antigua Lengua: en este supuesto, los tres sabios alfinios hacen llamar a una intérprete. Como condición, se impone que todos los viajeros que acudan en busca de respuestas lo hagan sin llevar fuego, hierro ni instrumentos de música.
Las respuestas que proporcionan los alfinios son siempre verdaderas, pero son dadas en forma de acertijos en la gran mayoría de los casos. No queda muy claro qué es lo que obtienen ellos a cambio de estas respuestas, pero es bastante plausible que tomen las emociones y las experiencias de los visitantes. Cada vez que se formula una pregunta, los tres sabios alfinios sentados en los pedestales dejan de observar con fruición a la persona y enfocan su vista hacia arriba, quizás leyendo el Entramado. La mujer sentada a la izquierda responde a la primera pregunta; la mujer de la derecha, a la segunda y el hombre del centro, a la tercera.
Respuestas concedidas[]
Mat Cauthon[]
1. ¿Debería ir a casa a ayudar a mi gente?
- Debes ir a Rhuidean.
2. ¿Por qué iba a hacerlo [ir a Rhuidean]?
- Si no vas a Rhuidean, morirás.
3. ¿Por qué moriré si no voy a Rhuidean?
- Porque habrías eludido el hilo del destino, dejarías el sino que tienes marcado a la deriva de los vientos del tiempo y serías asesinado por aquéllos que no quieren que ese destino se cumpla.
A consecuencia de la enorme tensión vivida por los alfinios al tener que afrontar la visita de Mat y de Rand casi a la vez, facilitaron al primero más respuestas de las necesarias con tal de conseguir que se fuera.
- ¿Qué destino?
- Casarte con la Hija de las Nueve Lunas.
- Morir y renacer y volver a vivir una parte de lo que fue.
- Renunciar a la mitad de la luz del mundo para salvar el mundo.
Rand al'Thor[]
1. Pregunta desconocida.
- Respuesta desconocida.
2. ¿Cómo puedo limpiar la Corrupción del Saidin?
- Lo único que se sabe es que los alfinios no respondieron directamente a esta pregunta.
3. ¿Cómo puedo ganar la Última Batalla y sobrevivir a ella?
- El norte y el este deben ser uno. El oeste y el sur deben ser uno. Los dos deben ser uno. Para vivir, debes morir.
Moraine Damodred[]
Se ignoran las preguntas que formuló Moraine y las respuestas que le dieron los alfinios, mas es posible que una de ellas estuviera relacionada con el hecho de que ella llegase a conocer el rostro de la persona con la que se iba a casar, una aseveración que realizó poco después de su visita a los hombres-serpiente.
Otros visitantes[]
Se tiene constancia de que muchas otras personas han visitado a los alfinios, aunque en un pasado muy remoto. De acuerdo con una entrevista a Brandon Sanderson, el consejero Mordeth fue una de ellas. También acudieron al mundo de los alfinios y los elfinios en una de sus vidas pasadas los héroes Gaidal Cain y Birgitte Arco de Plata, mas ellos no regresaron con vida y murieron tras vagar dos meses perdidos por los laberínticos corredores. También se sabe que Lanfear y Moridin han estado en este mundo en los últimos tiempos, mas se ignora si ambos llegaron a formular las tres preguntas.