La Rueda del Tiempo Wiki
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Bair
Bair
Información cronológica
Primera mención EDR 39
Primera aparición EADLS 23
Última aparición TDM 38
Información biográfica
Nombre completo Bair
Nacionalidad Aiel
Nacimiento ca. 925 NE
Información política
Rango Sabia
Afiliación Car'a'carn
Descripción física
Género Mujer
Complexión Delgada
Pelo Blanco
Ojos Azules claros
Familia
Viuda de tres maridos

Bair es una Sabia perteneciente al septiar Haido de los Shaarad Aiel. Es una Caminante de Sueños de gran experiencia y notable poder, así como una de las Sabias tenidas en más alta consideración, pese a que es totalmente incapaz de encauzar el Poder Único.

Apariencia[]

Bair es una anciana con el rostro curtido y lleno de arrugas, el pelo completamente blanco y los ojos de color azul claro. Es delgada y huesuda, pero de alguna forma su aspecto no transmite fragilidad alguna. Se sabe que en sus años jóvenes tenía el pelo rubio, pero más allá de este dato y de que ha sobrevivido a un total de tres maridos, se desconoce cualquier otra cosa acerca de su pasado. Debe de ser una mujer de edad muy avanzada, aunque su esperanza de vida no puede ser en absoluto semejante a la de las Sabias que pueden encauzar, ya que éstas llegan a vivir siglos enteros.

Sinopsis[]

Bair y otras tres Sabias Caminantes de Sueños llamadas Amys, Melaine y Seana han tenido sueños proféticos y han puesto sobre aviso a varios líderes Aiel como Rhuarc para que crucen con varios guerreros al otro lado de la Pared del Dragón y busquen a El Que Viene con el Alba. Gracias al consejo de las Sabias, los Aiel se encuentran en la Ciudadela de Tear en el momento en que Rand al'Thor entra en ella, ayudándole a conquistarla y confirmándolo a ojos de los habitantes de las tierras húmedas como el Dragón Renacido.

El ascenso de la Sombra[]

Amys Bair Melaine

Amys, Bair y Melaine (por Ariel Burguess)

Amys, Bair, Melaine y Seana reciben a Rand y a su grupo en Chaendaer después de enviar a Moraine Damodred una carta en la que comunican que estarán esperándoles allí, a escasa distancia de la ciudad sagrada de Rhuidean. Tras los saludos, las Sabias conceden a Rand, Mat, Moraine y Aviendha el permiso de ir a Rhuidean a someterse a diferentes pruebas y consienten en enseñar a Egwene al'Vere a moverse por el Tel'aran'rhiod, al haber demostrado la joven que posee la capacidad natural de acceder al Mundo de los Sueños sin la ayuda de un ter'angreal. Rand regresa de Rhuidean con las marcas en los brazos que lo señalan como el Car'a'carn, el jefe de jefes entre los Aiel, lo que mueve a Bair y las otras Sabias a hacer todo lo posible por permanecer cerca de él y procurar enseñarle todo lo referente a las costumbres de su pueblo. Las cuatro Caminantes de Sueños acuerdan que Aviendha deberá pasar el tiempo con Rand que sólo se alejará de él cuando vaya a informarlas y a recibir sus lecciones, ya que a partir de ahora iniciará sus estudios para convertirse en Sabia.

Seana es asesinada por un Draghkar durante el ataque sufrido en el dominio Piedras Frías, pero el resto de las Sabias continúan unidas a lo largo del camino hasta Alcair Dal y espiando los sueños de Rand. En el Tel'aran'rhiod, Bair y las demás Sabias echan una mano a Nynaeve al'Meara instruyéndole en el uso de la Necesidad para dar con un objeto que ha de encontrar a toda costa en Tanchico. Cuando Rand y sus acompañantes Aiel llegan finalmente a Alcair Dal, éste se muestra como el Car'a'carn ante los demás clanes, pero encuentra la inesperada oposición de Couladin, quien enseña las mismas marcas en los brazos que Rand, pese a que no ha llegado a entrar en Rhuidean. Debido a ello, Rand relata a los Aiel sus verdaderos orígenes, horrorizando a la gran mayoría y causando que los Shaido se separen del resto de clanes y que decenas de miles de personas sean víctimas del marasmo. Bair y las demás Sabias, que ya eran conocedoras de esta realidad, observan con preocupación el devenir de los eventos y esperan a que Rand regrese para decidir qué hacer ante el dramático giro que han tomado los acontecimientos.

Cielo en llamas[]

En secreto Rand comienza a ser adiestrado por Asmodean y la primera cosa que aprende es cómo impedir el acceso de otras personas a sus sueños, algo que molesta y decepciona a Amys, Bair y Melaine. Las Sabias hablan con mucha frecuencia acerca de Rand y se reúnen a menudo con Egwene, Moraine y Aviendha a lo largo del viaje a las tierras húmedas. Con motivo de un ataque de Engendros de la Sombra y lo que consideran una actitud impropia de las Far Dareis Mai, Amys y Bair las obligan a llevar muñecas de trapo hasta que salden su toh, hecho que cumplen con fiereza y obstinación. Aunque ya no puedan llegar hasta los sueños de Rand, las Sabias insisten en seguir a su lado y en recordarle su compromiso con los Aiel aun cuando entra en sus nuevos dominios en Cairhien tras derrotar a los Shaido. Acompañadas por la Sabia que actúa como líder de todas las demás, la anciana y formidable Sorilea, Bair y las otras Caminantes de Sueños visitan a Egwene mientras ésta se repone del ataque de Lanfear y le prohíben expresamente viajar al Tel'aran'rhiod hasta que ellas consideren que está totalmente repuesta.

El Señor del Caos[]

Amys, Bair y Melaine hacen un exhaustivo seguimiento del proceso de recuperación de Egwene y la ordenan que se someta a duros ejercicios físicos para asegurarse de que ya está bien, antes de concederle permiso de regresar al Mundo de los Sueños y continuar sus lecciones. Melaine se traslada a Caemlyn con su marido, Bael, mientras que Amys y Bair siguen en Cairhien, pese a que Rand apenas pase tiempo allí y en algunas de sus visitas evite manifiestamente el contacto con ellas y otros líderes. El humor del Car'a'carn no hace más que empeorar y una vez hasta llega a gritarles a Amys, Bair y Sorilea, quienes tampoco están en su mejor momento, a consecuencia de la tensa e indeseada visita que han recibido en su campamento de varias Sabias Shaido. Poco después las Sabias deben despedirse de Egwene, que ha sido convocada con urgencia en Salidar, y no dejan de comentar lo contentas que habrían estado si la joven hubiese decidido quedarse con ellas. Bair y las demás afirman que Egwene ha comprendido el concepto del ji'e'toh, tal y como demuestra al reconocer haber entrado en el Tel'aran'rhiod sin su permiso y aceptar someterese a su merecido castigo antes de irse.

La Corona de Espadas[]

Amys Bair Melaine 2

Amys, Bair y Melaine

Bair no forma parte del grupo de Sabias comandado por Amys y Sorilea que participa en la Batalla de los Pozos de Dumai, al no poder encauzar. Por ello, la Sabia se queda en Cairhien y ordena que se dispongan centinelas en las proximidades de la ciudad en esperas del regreso del Car'a'carn. Ni Bair ni ninguna otra Sabia mueve un dedo cuando Colavaere Saighan asume el trono cairhienino sin el consentimiento de Rand, ya que ninguna de ellas considera que sea un asunto importante y se mantienen al margen de lo que ellas denominan "conspiraciones de los habitantes de las tierras húmedas". Bair mantiene una excelente relación con Egwene aun cuando ésta le comunica a ella y a Amys y Melaine que ha sido elegida Sede Amyrlin entre las Aes Sedai rebeldes, e insiste en que aún puede aprender muchas cosas a su lado y que puede regresar cuando lo desee.

La tormenta[]

Después de una prolongada estancia en Cairhien sin grandes sobresaltos, Bair se traslada a Arad Doman junto con la mayoría de los Aiel y, junto con Amys y Melaine, comienza a asignar tareas inútiles y farragosos castigos a Aviendha pese a mostrar una evidente satisfacción con sus recientes progresos. La joven descubrirá más adelante que esta situación forma parte de la última lección que toda aprendiza de Sabia debe llegar a conocer: imponerse al resto de Sabias y negarse a seguir sus órdenes si las considera injustas o absurdas. Bair y las demás fecilitan a Aviendha cuando ésta estalla y le comunican que su entrenamiento ha finalizado, con lo que ya puede ir a Rhuidean y pasar a través de las columnas de cristal.

En un claro gesto de confianza y como parte de su alianza, Cadsuane Melaidhrin acepta enseñar a Sorilea y Bair la llave de acceso al Choedan Kal y el Dogal de Dominio que mantiene en su poder, dos valiosísimos artefactos que mantiene con mil y un cuidados. Al caer Cadsuane en desgracia a los ojos de Rand después de que Semirhage escapase y estuviera a punto de matarlo a él y a Min Farshaw, Bair y las otras Sabias acuerdan ayudar a la Aes Sedai a que Rand abandone su propósito de volverse más frío y más duro de cara a la Última Batalla.

Torres de Medianoche[]

En su siguiente encuentro en el Mundo de los Sueños, Egwene comunica a Amys y Bair que la escisión de la Torre Blanca ha llegado a su fin y ahora es la Sede Amyrlin aceptada por todas las Aes Sedai. Por su parte, las Sabias le confirman que Rand ha abandonado el camino que le llevaba a la oscuridad y ha recuperado su antigua personalidad, según ellas porque ha aceptado abrazar la muerte. Los puntos de vista entre ellas son irreconciliables en cuanto a cómo tratar con Rand, mas las Sabias se muestran preocupadas al enterarse de que el Car'a'carn planea romper los sellos de la prisión del Oscuro y le aseguran a Egwene que hablarán del asunto con Sorilea y las demás Sabias. Las Caminantes de Sueños vuelven a ser citadas al cabo de unas noches por Egwene, quien les pide ayuda en su inminente enfrentamiento con Mesaana. Amys, Bair y Melaine acuden a su llamada y, tras discutir en el Tel'aran'rhiod un sistema de intercambio de aprendizas entre las Sabias, las Aes Sedai y las Detectoras de Vientos, están listas para unirse a la batalla.

Icono Aiel.svg

La lucha en el Mundo de los Sueños se recrudece, pero la llegada de Egwene y de las Sabias es determinante, dada su experiencia en el Tel'aran'rhiod. La Sede Amyrlin observa con sorpresa que Bair no sólo no tiene desventaja alguna al enfrentarse al Ajah Negro en aquel lugar, sino que hasta es más rápida y efectiva que Amys y Melaine, por no depender en absoluto del Poder Único. Las tres Sabias luchan con tesón y consiguen excelentes resultados, abatiendo a varias enemigas, pero es Egwene quien derrota definitivamente a Mesaana. Las Caminantes de Sueños quedan tremendamente impresionadas al enterarse de ello y, después de asegurarse la victoria y prepararse para regresar al mundo de vigilia, Egwene escucha a Bair comentar a sus amigas que era una pena que la hubiesen tenido que dejar marchar.

Un Recuerdo de Luz[]

Bair es una de las Sabias que se encuentran reunidas cuando Aviendha acude a ellas tras su paso por Rhuidean y escucha tan sorprendida como consternada la noticia de que las columnas de cristal le han mostrado a la joven un futuro en que los Aiel son destruidos por los seanchan después de haber traicionado su propio honor. La anciana Sabia sabe que en la inminente Última Batalla será imprescindible la presencia de toda mujer capaz de encauzar, por lo que se ofrece a ir ella misma a Rhuidean y comprobar que esas visiones siguen produciéndose en las columnas de cristal. Mientras tanto, recomienda a Aviendha que trate de modificar el futuro con gestos tales como cambiar de nombre a sus hijos para que no sean los mismos que observó en aquella perturbadora experiencia.

Días después Bair regresa de Rhuidean informando a las otras Sabias de que las visiones que ella ha tenido han sido muy semejantes a las de Aviendha, y entre todas plantean qué hacer para evitar que ocurran, eventualmente decidiendo formar parte de la Paz del Dragón para verse sujetos a los mismos juramentos que el resto de naciones. Más adelante, las tres Sabias Caminantes de Sueños se encuentran con Egwene en el Tel'aran'rhiod, coincidiendo todas ellas en que aquél lugar se ha vuelto aún más peligroso de lo que ya era y que será mejor no regresar a él. Amys, Bair y Melaine indican a Egwene que el uso prolongado del fuego compacto está empezando a sentirse en el Entramado y que la propia estructura de la realidad comienza a tambalearse. Al marcharse, las Sabias se despiden cariñosamente de Egwene, sabiendo que es muy probable que no vuelvan a encontrarse todas ellas de nuevo reunidas nunca más.

Se sabe que Bair es una de las supervivientes de la Última Batalla, pues nada más finalizar la Batalla de Thakan'dar ella, Sorilea y Aviendha discuten lo ocurrido y llegan a la conclusión de que, entre tanta muerte, hay esperanza para su pueblo, ya que ciertos sucesos como la muerte de Rhuarc parecen haber alterado lo que vio Aviendha en las columnas de cristal de Rhuidean.

Personalidad[]

Presentada desde el principio como una mujer de gran sabiduría e imponente presencia pese a no ser capaz de encauzar el Poder Único, Bair es una persona de gran poder entre los Aiel y, hasta la primera aparición de Sorilea, se pensó que bien podría ser la Sabia de más alta posición entre los Aiel. Como las otras Sabias, Bair despliega una fuerza de voluntad férrea, puede llegar a ser muy severa y es dura e inclemente como los Aiel. No obstante, esto no impide que en ciertas ocasiones la anciana se muestre como una mujer bondadosa, amable y siempre sensata, que sabe valorar a las otras personas aun cuando tenga bien arraigada la idea de que los originarios de las tierras húmedas son más débiles y maleables. Las otras Sabias acuden con frecuencia ante Bair en busca de consejo, mas ella se muestra claramente subordinada a Sorilea, y tampoco es raro verla en un segundo plano con respecto a Amys, sobre todo en lo que respecta al Tel'aran'rhiod.

Poderes y habilidades[]

Caminante de Sueños: la Torre Blanca ha considerado perdido el Talento del Sueño por más de cuatro siglos pero, como descubrió Egwene, se ha mantenido fuerte entre los Aiel. Amys, Bair, Melaine y Seana han sido señaladas sin margen de error como poseedoras tanto del Sueño como de la habilidad de entrar y moverse a su antojo en el Tel'aran'rhiod, lo que ellas mismas denominan ser Caminante de Sueños. Estos dones no están en absoluto relacionados con el Poder Único, como se demuestra por el hecho de que ni Bair ni Seana puedan encauzar. De hecho, Bair ha demostrado desenvolverse con gran soltura en el Mundo de los Sueños, más aún si cabe que Amys o que Melaine, ya que ella no siente la necesidad de recurrir al Saidar y puede crear cualquier cosa con tan sólo desearlo con todas sus fuerzas.

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