La Batalla de Talidar fue una confrontación bélica de primer orden entre los habitantes de las Tierras Occidentales y los Engendros de la Sombra. Es considerada la mayor y más importante victoria sobre las fuerzas de la Sombra desde el fin de la Guerra de los Trollocs, mil años antes, así como la última gran victoria del Rey Supremo Artur Hawkwing.
Antecedentes[]
La Batalla de Maighande (1301 DD) aniquiló al grueso de Engendros de la Sombra que habían invadido las Tierras Occidentales durante la Guerra de los Trollocs y supuso el punto de inflexión sobre un conflicto que se había prolongado durante siglos. En ella, la coalición formada por Tar Valon y los firmantes del Pacto de las Diez Naciones que aún se mantenían en pie aniquilaron a los Trollocs y dieron comienzo a una sistemática eliminación de los mismos, que se extendió durante las cincuenta años siguientes. La victoria en Maighande fue tan absoluta que los Trollocs no volvieron a cruzar al sur de la Llaga en un número a ser tenido en cuenta durante unos mil años. Esto permitió que el continente volviera a florecer y se recuperase de los estragos causados por la terrible guerra. En esta época, conocida como los Años Libres, nuevos reinos surgieron sobre los restos de las Diez Naciones, y aunque no fueron raros los conflictos fronterizos entre ellos, las Tierras Fronterizas mantuvieron su papel como baluarte frente a la Sombra e impidieron nuevas invasiones desde la Llaga.
Las Tierras Fronterizas, que en los Años Libres estaban ocupadas por los reinos de Basharande, Elsalam y Rhamdashar, fueron conquistadas por Artur Hawkwing durante la Consolidación (943 - 963 AL), que las incorporó a su enorme imperio. El Rey Supremo estableció un breve periodo de paz y reorganización absoluta sobre las Tierras Occidentales, sólo roto por su conflicto con las Aes Sedai y el asedio al que sometió a Tar Valon en la última etapa de su reinado. Sin embargo, en 986 AL la Sombra decidió lanzar una inesperada ofensiva, en la creencia de que Hawkwing, ya por entonces un hombre de avanzada edad, sería incapaz de combatir con el mismo vigor una invasión destinada a aniquilar su imperio. Es interesante destacar que este ataque masivo no sólo ocurrió en una época en la que ya se pensaba que los Trollocs podrían ser mantenidos bajo control gracias a los desvelos de los fronterizos, sino que coincidió con uno de los ciclos en que Ishamael volvía a caminar parcialmente libre por el mundo, así que no es de extrañar que tuviera algo que ver con estos hechos.
La batalla[]
Si bien la Batalla de Talidar es recordada como un único enfrentamiento entre las fuerzas de Hawkwing y las de la Sombra, en realidad fue el culmen de una serie de luchas que comenzaron a finales de 986 AL y se prolongaron hasta el verano de 987 AL. Los Engendros de la Sombra invadieron las Tierras Fronterizas desde tres puntos distintos superando todas las defensas, desplazándose hacia el sur y destruyendo lo que se encontraba a su paso. El Rey Supremo, que por entonces tenía ya 74 años de edad, no se sintió intimidado por este imprevisto enemigo y encabezó de nuevo a sus ejércitos con su legendaria velocidad para encararse con los Trollocs. A la vez que reunía un ejército aún mayor en las tierras del sur y se aseguraba de mantener activo el sitio de Tar Valon, Hawkwing pudo mantener a raya a los Engendros de la Sombra en la zona septentrional del continente y minimizar los daños.
De acuerdo con los designios del Rey Supremo, hubo varias escaramuzas y siete grandes batallas que tuvieron los efectos deseados de dirigir a los Trollocs hacia el sur y el este, hacia la región que anteriormente había ocupado el reino de Hamarea. Allí Hawkwing dispuso que el choque definitivo con la Sombra ocurriese en la explanada de Talidar, una vez que llegaron los refuerzos. Las grandes dotes estratégicas del Rey Supremo jugaron a su favor hasta tal punto que no sólo Talidar fue su victoria más sonada en este último conflicto, sino que fue la definitiva, ya que aniquiló hasta tal punto a sus enemigos que la Llaga quedó prácticamente despoblada durante el siglo siguiente. Este hecho terminaría resultando ser de vital importancia, ya que la Sombra careció de fuerzas para volver a lanzar una invasión semejante en los momentos en que las Tierras Occidentales se encontraron más debilitadas, durante la Guerra de los Cien Años.
El monumento[]
Después de la batalla Hawkwing erigió un monumento en Talidar en recuerdo de su última gran victoria, un gigantesco monolito con los nombres de todos los soldados que cayeron defendiendo a la Humanidad de la Sombra. Por expresa decisión suya, el nombre del Rey Supremo no se grabó en el lugar ni es mencionado en ningún lugar de las proximidades, aunque ordenó que el estandarte del imperio coronase la estructura. Tras la muerte de Hawkwing en 994 AL el monumento que homenajeaba a los caídos en Talidar fue derribado y destruido por aquéllos que trataban de borrar de la historia el recuerdo del Rey Supremo, y la explanada fue entonces reclamada por el reino de Hardan. No obstante, tras la desaparición de este país en los siglos posteriores, ninguna otra nación se instaló en Talidar y la zona permaneció salvaje y prácticamente vacía hasta el final de la Tercera Era. En la actualidad el campo de batalla se encuentra a medio camino entre el curso del río Erinin y la Daga del Verdugo de la Humanidad y de las fronteras de Shienar y Cairhien.
En uno de los mundos accesibles a través de los Portales de Piedra Rand al'Thor descubrió en 999 NE una historia paralela en la que la Sombra resultó victoriosa en la Batalla de Talidar y la Humanidad había sido totalmente destruida. Sin embargo, en dicho lugar los Engendros de la Sombra también parecían haber declinado y finalmente habían desaparecido, cazados por animales monstruosos como los grolm. En aquella realidad, que contempló junto a Loial, Hurin y Lady Selene, la Sombra había erigido su propio monumento de conmemoración de su victoria sobre Talidar: un gigantesco y grotesco monolito cubierto de la bárbara escritura Trolloc con sus propios emblemas.