| Diryk Noramaga | |||
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| Información cronológica | |||
| Primera aparición | NP 22 | ||
| Última aparición | NP 26 | ||
| Última mención | NP Epílogo | ||
| Información biográfica | |||
| Nacionalidad | Kandor | ||
| Nacimiento | 971 NE | ||
| Muerte | 979 NE | ||
| Información política | |||
| Título | Lord | ||
| Descripción física | |||
| Género | Hombre | ||
| Ojos | Oscuros | ||
| Familia | |||
| Brys Noramaga (padre) Ethenielle Noramaga (madre) Antol Noramaga (hermano) Jarene Noramaga (hermana) | |||
El pequeño Diryk es hijo de la reina Ethenielle de Kandor y del príncipe consorte Lord Brys. Es el segundo hijo varón del matrimonio, y tiene otros hermanos, de los cuales han sido nombrado explícitamente los príncipes Antol y Jarene. En las semanas posteriores al fin de la Guerra de Aiel Diryk tenía ocho niños y era un niño de ojos oscuros, guapo y de trato agradable, que denotaba una educación tan buena como estricta. Según explicó Brys a Moraine Damodred, Diryk había sufrido una caída de cerca de quince metros sin romperse ni un solo hueso, lo que le había valido la fama de ser un chico muy afortunado.
Desgraciadamente, la fama de que Diryk tenía una buena suerte insólita fue la que acabó determinando su repentino y cruel final, ya que fue a causa de ella el Ajah Negro puso los ojos en él sospechando que pudiera ser el Dragón Renacido. Una hermana Negra, Merean Cerro Rojo, acudió al Palacio de Aesdaishar al tener noticia de lo que los kandoreses contaban de su pequeño príncipe y se las arregló para ganarse en poco tiempo la confianza de Brys, aprovechando que Ethenielle y su consejera Aes Sedai se encontraban ausentes. Moraine y Lan Mandragoran descubrieron los planes de Merean, pero fue demasiado tarde para salvar a Diryk, ya que la Amiga Siniestra lo arrojó al vacío de uno de los balcones más altos del palacio, siendo seguido poco después por Brys y por Lady Iselle Arrel.
Los detalles de este horrible suceso no trascendieron y, salvo Moraine y Lan, todo el mundo pensó que las muertes de aquellas personas se debieron a un desgraciado accidente, sin siquiera pensar en lo que podía anunciar en los años venideros.