
Draghkar
Los Draghkar son Engendros de la Sombra semejantes a humanos alados, empleados como asesinos, espías o vigilantes por las fuerzas del Oscuro.
Características[]
Los Draghkar podrían ser confundidos por hombres ordinarios, de no ser por su piel cetrina, unos ojos negros anormalmente grandes y, sobre todo, un par de alas coriáceas semejantes a las de los murciélagos. En condiciones de poca luminosidad los Draghkar pueden pasar inadvertidos con mucha más facilidad, ya que pueden ocultar sus ojos en las sombras y plegar sus alas de tal forma que parezcan una capa. Son altos y de constitución delgada, con brazos largos y en apariencia delicados, y manos grandes de dedos finos. Tienen el pelo negro hasta la altura de los hombros, peinado a menudo hacia atrás. Una mirada más detenida al rostro prácticamente blanco de un Draghkar revelaría que, además de sus ojos sin alma e inhumanamente grandes y los pómulos afilados, posee una boca amorfa de labios rojos y dientes puntiagudos. Se cree que los Draghkar no hablan el lenguaje humano, pero articulan sonidos muy distintivos, agudos y estridentes.
Creación[]
Al contrario de lo conocido sobre los Trollocs y los Myrddraal, no se saben muchas cosas acerca de la creación de los Draghkar, salvo que inicialmente eran humanos que fueron corrompidos por los Señores del Espanto y, mediante el empleo del Poder Único, convertidos en Engendros de la Sombra.
Habilidades[]

Draghkar (por Ariel Burguess)
Los Draghkar no son buenos combatientes como los Trollocs o los Myrddraal, pero realizan a la perfección su papel de asesinos altamente especializados, que no requieren de fuerza pero sí de sigilo y agilidad. Sus carencias se ven compensadas por la habilidad que poseen de hipnotizar a sus víctimas. Su forma de actuar es sencilla pero letal: al poder moverse con gran velocidad y a su antojo por la oscuridad, pueden infiltrarse en terreno enemigo hasta estar próximos a su objetivo. A corta distancia, comienzan a cantar con una voz suave y ululante, que adormece a la víctima y le reduce a un estado de hipnosis que le deja completamente indefenso. Al estar lo suficientemente cerca podría parecer que el Draghkar besa a su víctima, pero en realidad lo que hace es absorber su espíritu, tras lo cual drena su propia vida. No se conoce ninguna cura ni remedio para alguien que haya sido besado por un Draghkar. Incluso si una persona es rescatada después de un simple roce de labios, ésta habrá cambiado para siempre, ya que ha perdido una parte de su espíritu.
El principal empleo que se da a los Draghkar es como asesinos en terrenos abiertos, que mediante su canto y su habilidad hipnótica pueden aislar a su objetivo en medio de la noche. También pueden emplearse como exploradores o incluso como perseguidores, aunque no estén hechos para el combate abierto. Deben ser dirigidos por los Myrddraal, pues al parecer son seres de muy poca inteligencia.