Egwene al'Vere | |||
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Información cronológica | |||
Primera aparición | EODM Prefacio | ||
Última aparición | URDL 37 | ||
Última mención | URDL Epílogo | ||
Información biográfica | |||
Nombre completo | Egwene al'Vere | ||
Alias | Tuli Joslyn | ||
Nacionalidad | Dos Ríos | ||
Nacimiento | 981 NE | ||
Muerte | 1000 NE | ||
Información política | |||
Título | Sede Amyrlin (VI - XIV) | ||
Rango | Novicia (II - III, XI - XII) Aceptada (III - VI) Aes Sedai (VI - XI, XII - XIV) | ||
Ajah | - | ||
Afiliación | Torre Blanca (II - IV) Aes Sedai rebeldes (IV - XII) Torre Blanca reunificada (XII - XIV) | ||
Ocupación | Damane (II) Aprendiza de las Sabias (IV - VI) Sede Amyrlin rebelde (VI - XII) Sede Amyrlin (XII - XIV) | ||
Descripción física | |||
Género | Mujer | ||
Complexión | Esbelta | ||
Estatura | Baja | ||
Pelo | Oscuro y largo | ||
Ojos | Marrones y grandes | ||
Familia | |||
Brandelwyn al'Vere (padre) Marin al'Vere (madre) Berowyn al'Vere (hermana) Alene al'Vere (hermana) Elisa al'Vere (hermana) Loise al'Vere (hermana) | |||
Vínculos | |||
Gawyn Trakand (Guardián) |
—Moraine Damodred a Egwene al'Vere
Egwene al'Vere es una de los principales personajes de las novelas de La Rueda del Tiempo. Hija menor del alcalde y posadero de la plácida aldea de Campo de Emond, en la región de Dos Ríos, sus irrefrenables ansias de aprender y vivir aventuras la impulsan a acompañar a Rand al'Thor y a sus amigos desde el mismo inicio de su aventura. Como los otros jóvenes de Dos Ríos, Egwene está llamada a un inesperado y elevado destino, que la convertirá en una de las personas más poderosas e influyentes de su época.
Apariencia[]
Egwene al'Vere es descrita como una muchacha de corta estatura (aproximadamente unos 157 cm), complexión delicada y esbelta, notable hermosura y con los rasgos propios de las mujeres originarias de Dos Ríos: piel clara, cabellos oscuros y grandes ojos de tonalidad semejante. Con frecuencia se destaca el color castaño intenso de los ojos de Egwene y su brillo de inteligencia, que destaca más si cabe su hermosura. Durante un corto espacio de tiempo Egwene llevó la larga trenza propia de las mujeres de Dos Ríos que se consideran que han alcanzado la edad y la madurez suficiente como para ser casaderas, si bien al poco de dejar Campo de Emond optó por lucir el pelo suelto alegando que "las Aes Sedai no se trenzan el pelo; o, al menos, no si no desean hacerlo".
Historia[]
De los cinco protagonistas originarios de Dos Ríos, Egwene es la más joven del grupo, al llevarse tres años de diferencia con Rand al'Thor, Mat Cauthon y Perrin Aybara y ocho con Nynaeve al'Meara. Es la menor de las cinco hijas de Marin al'Vere y Brandelwyn al'Vere, el alcalde de Campo de Emond y dueño de la Posada del Manantial. La infancia y la adolescencia de Egwene transcurren sin grandes sobresaltos, exceptuando una enfermedad que a punto estuvo de acabar con ella cuando contaba con nueve años, y que fue una de las primeras curaciones de importancia realizadas por una jovencísima Nynaeve. Sin ser consciente de ello, la aprendiza de la Zahorí empleó sus habilidades innatas en el Poder Único para Curar a Egwene, estableciéndose entre ellas una estrecha relación. Al morir Doral Barran y ser Nynaeve elegida Zahorí de Campo de Emond, no tardó en elegir a Egwene como su aprendiza, deseosa de enseñarle su arte.
Egwene ya poseía a una edad muy temprana un carácter curioso, inquisitivo y sediento de aventuras. En el festival del esquileo celebrado cuando tenía nueve años fue la única persona que se percató de la extraña afluencia de cuervos en Dos Ríos, aunque su mente infantil era del todo incapaz de imaginar lo que esto significaría en el futuro. En aquella época, todas las ambiciones de Egwene se reducían a despertar la admiración de los adultos, que se le permitiera recogerse el pelo en una trenza antes que a cualquier otra muchacha y, por supuesto, no perder de vista a Rand. La relación de amistad y tímido romanticismo que se estableció entre ambos hizo pensar a muchos que acabarían casándose, una idea que los propios Rand y Egwene mantuvieron un largo tiempo.
Sinopsis[]
El Ojo del Mundo[]
Después del ataque de Trollocs sufrido en la Noche de Invierno de 998 NE, Egwene acompaña a Rand, Mat y Perrin fuera de Dos Ríos, pese a que ella no está en el punto de mira de los Engendros de la Sombra. Ignorando las quejas de Rand, la Aes Sedai Moraine Damodred permite que Egwene vaya con ellos, ya que ha detectado en ella el potencial de llegar a encauzar el Saidar y convertirse en una de las Aes Sedai más poderosas de los últimos tiempos. El grupo lo completan Lan Mandragoran, el Guardián de Moraine, el juglar Thom Merrilin y Nynaeve al'Meara, que les alcanza en la ciudad de Baerlon. Los viajeros sufren una persecución sin fin por parte de un creciente número de Trollocs y Myrddraal, hasta llegar al punto de no tener más remedio que buscar refugio en Shadar Logoth. Allí, tras ser perseguidos por Engendros de la Sombra y el Mashadar, el grupo se divide y Egwene y Perrin permanecen juntos, encaminándose junto con Bela hacia Caemlyn con la esperanza de reencontrarse allí con sus compañeros.
El viaje de Perrin y Egwene está lejos de ser tranquilo. Los dos jóvenes conocen a Elyas Machera, un extraño hombre que vive en terreno salvaje acompañado de lobos. Al poco de conocer a Elyas, Perrin comienza a manifestar características semejantes a las suyas, adquiriendo sus ojos una tonalidad amarillenta y aprendiendo a comunicarse con los lobos, aun a leguas de distancia. Egwene es una de las pocas personas que conocen la magnitud del secreto de Perrin, pero le promete no hablar de ello. No mucho después, Perrin, Egwene y Elyas se encuentran con Tuatha'an, con los que pasan una corta temporada. La muchacha se integra rápidamente en el Pueblo Errante y disfruta de sus bailes y de la compañía de Aram, mas cuando el grupo decide continuar el viaje hacia Caemlyn, Egwene sigue a Perrin y Elyas. Los tres están a punto de morir tras ser perseguidos por una inmensa bandada de cuervos, y cuando parece que han escapado del peligro, ella y Perrin son capturados por los Hijos de la Luz, sospechosos de ser Amigos Siniestros.
Perrin y Egwene son rescatados por Moraine, Lan y Nynaeve, y juntos por fin llegan a Caemlyn, donde se reúnen con Rand y Mat. Con ellos se encuentra Loial, un amigable Ogier que anuncia perturbadoras nuevas a Moraine. La Aes Sedai descubre que las fuerzas de la Sombra se proponen cegar el legendario Ojo del Mundo, un lugar que existe en realidad y se encuentra escondido en la Llaga. La urgencia es tal que el ansiado viaje a Tar Valon ha de ser pospuesto y, con la ayuda de Loial, el grupo logra llegar a la ciudad-fortaleza de Fal Dara en apenas un par de días, después de un peligroso trayecto a través de los Atajos. Allí descubren que el artífice de la terrible cacería a la que se han visto sometidos en los últimos meses ha sido Padan Fain, un buhonero conocido en Campo de Emond que se ha convertido en algo diferente y superior a un Amigo Siniestro tras su estancia en Shayol Ghul. Fain es capturado y encarcelado, y Moraine dirige con decisión a Egwene y los demás en dirección al Ojo del Mundo.
En el Ojo del Mundo, los viajeros son atacados por dos de los Renegados, que han logrado escapar de su milenaria prisión al haberse debilitado los sellos de la prisión del Oscuro. Balthamel y Someshta, el mítico custodio del Ojo del Mundo, se matan al uno al otro. Aginor es un oponente marcadamente superior a cualquiera de los presentes y, tras derrotar a Moraine, Lan y Nynaeve, Egwene intenta hacerle frente empleando las ligeras nociones en manejo del Poder Único que le ha enseñado Moraine desde su partida de Dos Ríos. Sabiendo que Egwene no tiene ninguna oportunidad frente a Aginor, Rand la intercepta y se deshace de ella, acaparando así la atención del Renegado. Durante su enfrentamiento con Aginor y posteriormente con Ba'alzamon Rand revela ser el chico capaz de encauzar el Poder que estaba buscando Moraine, el mismísimo Dragón Renacido. Con esta ominosa revelación el grupo regresa a Fal Dara, a restablecerse de sus heridas y descansar.
La Gran Cacería[]
Egwene visita con cierta frecuencia a Padan Fain en su celda tratando de hacer algo positivo, aunque cada vez que lo hace sale más asustada e intimidada por aquel hombre. Pocas semanas después de la lucha en el Ojo del Mundo, llega a Fal Dara Siuan Sanche, la Sede Amyrlin en persona, para mantener una entrevista en secreto con Moraine y conocer a Rand. La misma noche la inexpugnable fortaleza sufre un ataque de Engendros de la Sombra ayudados por Amigos Siniestros desde dentro, liberando a Padan Fain y huyendo con el Cuerno de Valere y la daga de Shadar Logoth a la que aún está unida la vida de Mat. Egwene es herida seriamente al ser sorprendida en las celdas, pero es Curada y parte al día siguiente junto a Nynaeve y las Aes Sedai de camino a Tar Valon. Ya en la Torre Blanca, Nynaeve es sometida directamente a la prueba para convertirse en Aceptada y Egwene ingresa como novicia.
Ya en los primeros días de su estancia en la Torre, Egwene traba amistad con Elayne Trakand y Min Farshaw. Así mismo, la muchacha conoce a Galad Damodred y a Gawyn Trakand, cuyo atractivo físico (en especial el de Galad) no le pasa desapercibido. No obstante, lo que promete ser un largo aprendizaje en la Torre Blanca es interrumpido por Liandrin, una hermana del Ajah Rojo que les dice a Egwene y a Nynaeve que Rand corre peligro de muerte y que ellas pueden ayudarle. Sin apenas pensarlo, las dos aceptan seguir a Liandrin y, a través de los Atajos, llegan a la Punta de Toman. Con ellas viajan Elayne y Min, ambas enamoradas de Rand. Nada más abandonar la puerta de acceso a los Atajos, las cuatro jóvenes descubren que han sido traicionadas por Liandrin, en realidad miembro del Ajah Negro. Egwene y Min son capturadas por los seanchan, pueblo invasor de más allá del Océano Aricio, mientras que Nynaeve y Elayne consiguen escapar gracias a la rápida y sorprendente reacción de la antigua Zahorí.
En Falme Egwene es convertida en damane y renombrada Tuli, una experiencia que a partir de entonces recordará como una de las más espantosas de su vida. Al negarse a obedecer a su sul'dam, Renna Emain, Egwene sufre constantes castigos y poco a poco siente que pierde su voluntad y la esperanza de liberación. Sólo la presencia de Min ayuda a Egwene a sobrellevar su difícil situación. Precisamente, es gracias a Min que Nynaeve y Elayne descubren el paradero de su amiga y consiguen rescatarla. A la vez que las cuatro mujeres tratan de huir del lugar se produce la Batalla de Falme, en la que Rand vuelve a derrotar a Ba'alzamon y es expuesto ante el mundo entero como el Dragón Renacido. Después de la batalla, Egwene acude al lecho donde Rand reposa pero no llega a verle despierto, ya que parte a toda prisa de regreso a Tar Valon.
El Dragón Renacido[]
De vuelta en la Torre Blanca, Egwene, Nynaeve y Elayne son castigadas por la Amyrlin, pero al poco tiempo ésta permite que Egwene y Elayne se sometan a la prueba para convertirse en Aceptadas, desoyendo las críticas de Aes Sedai como Elaida a'Roihan. En las tres experiencias vividas por Egwene en el triple arco se ve obligada a abandonar a Rand en muy diferentes circunstancias: cuando éste comienza a sufrir la enfermedad causada por encauzar el corrupto Saidin, antes de que éste muera en medio de la destrucción y permitiendo que sea ejecutado en la Torre Blanca. Una vez superada la prueba, Egwene se convierte en Aceptada, aunque de cara al resto de las Aes Sedai sigue cumpliendo su castigo.
Siuan encarga a Egwene y Nynaeve que den caza al grupo de trece hermanas Negras que huyeron de la Torre Blanca llevándose consigo varios ter'angreal. Al grupo no tarda en unirse Elayne, y juntas las tres comienzan a investigar. Verin Mathwin ofrece su ayuda a Egwene entregándole el anillo retorcido, un ter'angreal que le permitirá entrar en el Tel'aran'rhiod, el Mundo de los Sueños, sospechando que la joven puede poseer el Talento del Sueño que se consideraba perdido desde hacía tiempo. Después de sufrir un intento de asesinato a manos de un Hombre Gris y recibir algunas pistas de algún desconocido, las tres jóvenes descubren que todo apunta que las trece fugitivas se dirigen hacia la Ciudadela de Tear, así que parten tras ellas.
El camino de Tar Valon a Tear es bastante accidentado para Egwene y las demás. Durante el trayecto se encuentran con varios Aiel (entre los cuales se encuentra Aviendha), con quienes traban amistad después de Curar a una Doncella Lancera y de que éstos, en pago, las rescaten de tres Myrddraal y varios Trollocs que las capturan. Ya en Tear, las tres jóvenes se alojan en casa de Ailhuin Guenna y solicitan la ayuda del rastreador Juilin Sandar. Desgraciadamente, Juilin cae víctima de la Compulsión rudimentaria de Liandrin, lo que hace que éste las traicione involuntariamente y que el Ajah Negro haga prisioneras a Egwene, Nynaeve y Elayne.
De acuerdo con los planes de Be'lal y algún otro Renegado, las tres mujeres serán un cebo perfecto para Rand, que se dirige a la Ciudadela para hacerse con Callandor. La misma noche en que Rand entra en la Ciudadela y, en el caos siguiente, ésta es capturada por primera vez en su historia por un puñado de Aiel, con la ayuda del anillo retorcido Egwene entra en el Tel'aran'rhiod y pilla por sorpresa a dos de sus captoras, a las que pone fuera de combate. En el mismo momento en que Mat acude a la celda para rescatar a sus amigas éstas consiguen liberarse por su propia cuenta, por lo que no le dan siquiera las gracias por los esfuerzos que se ha tomado en llegar hasta allí.
El ascenso de la Sombra[]
Una vez que Rand se ha reencontrado con sus amigos y ha hecho efectivo su control sobre la nación de Tear, él y Egwene mantienen una conversación en la que ambos reconocen sentir por el otro tan sólo el cariño que tendrían dos hermanos. Al renunciar Egwene al amor de Rand, ésta concede a su amiga Elayne la oportunidad de mostrarle sus sentimientos, algo que la Heredera al trono de Andor no tarda en hacer. Con la supervisión de Moraine, Egwene y las demás comienzan a interrogar a Amico Nagoyin y Joiya Byir, las hermanas Negras que hicieron prisioneras, mas sólo obtienen información contradictoria. Finalmente, acuerdan que Nynaeve y Elayne sigan la pista de Tanchico, mientras que Egwene parte con Rand, Mat, Moraine, Lan y los Aiel hacia el Yermo de Aiel, después de haber hablado en el Tel'aran'rhiod con Amys, una Sabia que la convoca a su presencia.
Por medio de un Portal de Piedra el grupo se traslada hasta las proximidades de Rhuidean. Egwene se encuentra con Amys y con otras tres Sabias que revelan ser también Caminantes de Sueños, llamadas Bair, Melaine y Seana. Entre las cuatro están decididas a enseñar a Egwene a moverse con destreza y seguridad en el Mundo de los Sueños, dando inicio de esta forma a un largo y duro aprendizaje. En compañía de las Sabias Egwene sigue a Rand desde Rhuidean hasta Alcair Dal, donde revela a los clanes Aiel su naturaleza como el Car'a'carn. A lo largo de todo este tiempo Egwene mejora sus aptitudes en el Tel'aran'rhiod, a la vez que mantiene una comunicación constante con Nynaeve y Elayne y afianza su amistad con Aviendha, que ha tenido que abandonar la lanza para convertirse en Sabia.
Cielo en llamas[]
Cuando Rand y los Aiel fieles a él siguen a los Shaido de regreso a las Tierras Occidentales, Egwene forma parte de la comitiva de las Sabias, continuando su aprendizaje. Con ella sigue estando Aviendha el tiempo que no pasa enseñando las costumbres Aiel a Rand, y también ocasionalmente Moraine. Un gran número de Sabias de los otros clanes viajan con Rand, si bien sólo Amys, Bair y Melaine enseñan a Egwene a convertirse en Caminante de Sueños, después de la muerte de Seana. En una de sus visitas al Tel'aran'rhiod, Egwene descubre que Siuan ha sido depuesta y Elaida es la nueva Sede Amyrlin. La Torre Blanca ha sido escindida y cerca de un tercio de las hermanas se han declarado rebeldes y se han reunido en Salidar, como más tarde descubre Egwene.
En la Segunda Batalla de Cairhien, Egwene accede a emplear el Poder Único en las luchas, junto a Rand y Aviendha. Aunque se hace pasar por una Aes Sedai del Ajah Verde, al seguir siendo una Aceptada y no haber pronunciado los Tres Juramentos, Egwene puede participar en el combate, ayudando así a la gran victoria obtenida frente a los Shaido. Unos días después de haberse instalado en Cairhien, y justo antes de atacar Caemlyn y derrocar a Rahvin, Rand acude a los puertos de la ciudad, a instancias de Moraine. Allí se enfrenta a Lanfear, que en un arrebato de celos ataca a Egwene y a Aviendha. Aunque gracias al sacrificio de Moraine la Renegada desaparece, Egwene es herida de gravedad y, además de verse obligada a permanecer en cama un tiempo, las Sabias le prohíben volver al Tel'aran'rhiod hasta haberse recuperado por completo.
El Señor del Caos[]
Desoyendo la prohibición de las Sabias, en cuanto siente remitir sus jaquecas Egwene comienza a visitar por su cuenta el Mundo de los Sueños. En una ocasión se ve arrastrada a un sueño de Gawyn Trakand, comprendiendo entonces lo mucho que él la ama y la naturaleza de sus propios sentimientos. Al poco tiempo llega la embajada de las Aes Sedai fieles a Elaida a Cairhien, y al mando de la escolta se encuentra el propio Gawyn. Éste sorprende a Egwene cuando ella se acerca a espiar a la comitiva y, tras dejar claro que sus diferentes opiniones sobre Rand y el Cisma de la Torre no van a enfrentarlos, se declaran su mutuo amor y comienza a verse a escondidas en la posada de El Hombre Alto.
Cuando las Sabias conceden permiso a Egwene de volver al Tel'aran'rhiod las Aes Sedai rebeldes la convocan cuanto antes a su presencia. Sin tener tiempo siquiera de despedirse de Gawyn, Egwene se marcha hacia Salidar, después de hablar con las Sabias, confesarles que no es una Aes Sedai completa y aceptando el castigo para saldar su toh. En una sola noche Egwene llega hasta Salidar, al trasladarse a través del Mundo de los Sueños con su cuerpo físico, y allí es recibida por Sheriam Bayanar y su grupo de aliadas, que le comunican que van a proponerla para ocupar la Sede Amyrlin.
Ante la sorpresa mayúscula de Egwene (que esperaba un castigo por creer que habían descubierto que se había hecho pasar por una hermana Verde), Sheriam le explica que hay una especie de vacío legal en la Ley de la Torre que permite que cualquier mujer pueda ser Amyrlin sin haber sido ascendida previamente al chal, pero que en el preciso momento en que reciba la estola será considerada una Aes Sedai de pleno derecho. La candidatura de Egwene es sometida a la Antecámara de la Torre rebelde y, tras una primera votación en la que obtiene el apoyo de la mitad de las hermanas, es aceptada en la segunda oportunidad. Al día siguiente, anunciada ya como la Amyrlin más joven de la historia y la única que nunca ha pertenecido a ningún Ajah, Egwene asciende a Aes Sedai a Nynaeve y Elayne, así como a las Aceptadas Theodrin Dabei y Faolain Orande, decisiones no exentas de polémica.
Pese a ser oficialmente la líder de la causa rebelde, en realidad Egwene está sujeta de pies y manos en medio de una lucha sin cuartel entre tres facciones, dirigidas por las Asentadas Romanda Cassin, Lelaine Akashi y la nueva Guardiana de las Crónicas, Sheriam Bayanar. Aun así, tiene el margen de actuación suficiente como para enviar a Nynaeve y Elayne a Ebou Dar en busca del Cuenco de los Vientos, un ter'angreal que puede restablecer el curso de las estaciones. A cargo de Egwene queda Marigan, falsa identidad bajo la que se esconde Moghedien, la Renegada que Nynaeve había conseguido capturar por medio de un a'dam fabricado por Elayne. A base de exprimir a Moghedien las Aes Sedai rebeldes recuperan muchos de los conocimientos de la Era de Leyenda y atribuyen todos estos logros a Egwene, Nynaeve y Elayne. Cabe destacar, no obstante, que el redescubrimiento del Viaje en Salidar se debe exclusivamente a la propia intuición de Egwene.
La Corona de Espadas[]
Para tratar de hacerse imponer como la Amyrlin que es, Egwene opta por fomentar la rivalidad entre las facciones rebeldes y sacar provecho de su división. Cuenta con la inestimable ayuda de la antigua Amyrlin, Siuan Sanche, que rápidamente se convierte en una de sus principales consejeras y confidentes. Egwene ha ordenado marchar hacia Tar Valon y derrocar a Elaida, para lo cual las rebeldes han reunido en los últimos meses un nutrido ejército dirigido por Gareth Bryne. A medida que todos se desplazan hacia el norte, Egwene va haciéndose su hueco y no sólo consigue la fidelidad de Siuan y de Leane Sharif, sino también de las nuevas Aes Sedai Theodrin y Faolain, a las que ordena vigilar a Romanda y Lelaine. Mas no todo son avances: Moghedien huye, indudablemente ayudada por un hombre capaz de encauzar el Poder Único.
Gracias a Siuan, Egwene descubre que tras la desaparición de Moraine, Lan ha sido vinculado a Myrelle Berengari en contra de sus deseos. Myrelle trata de devolverle las ganas de vivir, pero el Guardián sólo muestra cierta animación cuando Egwene le ofrece abrir un acceso a Ebou Dar y le encarga que cuide de Nynaeve, la mujer a la que ama. La joven Amyrlin decide guardar silencio respecto a ese suceso, pero exige un juramento de fidelidad de Myrelle y de Nisao Dachen. De regreso a su tienda, Egwene sufre una de las jaquecas que cada vez la asaltan con mayor frecuencia y que sólo pueden ser remediadas por Halima Saranov. Aunque Egwene no es consciente de ello, la causante de este malestar es la propia Halima (alias de uno de los nuevos Renegados, Aran'gar), como parte de un plan con el que pretende estar cerca y ganarse la confianza de la Amyrlin rebelde.
El Camino de Dagas[]
Dos noches después de haber empleado el Cuenco de los Vientos, Nynaeve y Elayne se reúnen con Egwene en el Tel'aran'rhiod y son regañadas por la Amyrlin por el desventajoso pacto firmado con los Atha'an Miere. No obstante, Egwene tiene preocupaciones más inmediatas a las que atender. Su ejército ha cruzado Murandy y se encuentra próximo a la frontera con Andor, pero un ejército y algunos nobles de ambos países le cierran el paso, recelosos de las intenciones de las Aes Sedai rebeldes. Egwene y la Antecámara se reúnen con ellos y la Amyrlin, en un soterrado desafío a Romanda y Lelaine, anuncia que el libro de las novicias está abierto a todas las mujeres, independientemente de su edad, algo que sorprende mucho a los asistentes y consigue que centenares de mujeres soliciten ingresar como novicias. Igualmente, Egwene anuncia que el ejército no tiene intención de traspasar la frontera y que abandonará Murandy en el plazo de un mes.
A estas alturas Egwene ha conseguido que Sheriam y el resto de su grupo le hayan jurado fidelidad, pero sigue estando en franca desventaja con las Asentadas, cuya lealtad se disputan a partes iguales Romanda y Lelaine. En un cuidadoso y astuto plan, Egwene, Siuan y sus demás seguidoras consiguen que la Antecámara acepte declarar la guerra a Elaida. Al hacerlo, la Sede Amyrlin se siente con las fuerzas suficientes para mostrar sus verdaderas cartas e impone su autoridad. Ante la consternación de las Asentadas, Egwene les recuerda la prácticamente olvidada Normativa de Guerra, por la cual la Amyrlin desempeña un poder casi absoluto mientras dure el conflicto armado. Con este golpe de efecto, no sólo consigue reducir a la mínima expresión las prerrogativas de la Antecámara y las presiones de Romanda y Lelaine, sino que adquiere un papel director sobre el conflicto con Elaida. Nada más resultar victoriosa en esta compleja jugada, Egwene desvela que al cabo de un mes abrirá un acceso a las puertas de Tar Valon y dará inicio el asedio.
El Corazón del Invierno[]
Egwene sólo tiene dos breves apariciones en este libro, ambas en el Tel'aran'rhiod. En la primera de ellas, se entrevista con Elayne y Nynaeve y se ponen al corriente de los últimos eventos acontecidos, antes de descubrir que están siendo espiadas por al menos dos personas, una de ellas un hombre con un gran parecido con Rand (Verdugo). Después de aquella noche, Egwene y Elayne acuerdan encontrarse en Campo de Emond. En esa entrevista Egwene se muestra preocupada por los rumores que le han llegado de Aes Sedai que han jurado lealtad a Rand, aunque esto no evita que por la mañana la Amyrlin abra el acceso por el cual pasa su ejército, abandonando Murandy y llegando a las puertas de Tar Valon.
Encrucijada en el crepúsculo[]
El asedio a Tar Valon ha comenzado, pero la ciudad no sufre carestía al seguir abasteciéndose gracias al tráfico fluvial, como observa la Amyrlin cuando examina la situación junto a Bryne y sus consejeras. Egwene se niega a abrir accesos al interior de la Torre Blanca y causar más muertes de las necesarias, y ha trazado un plan para el cual es imprescindible que varias hermanas aprendan cuanto antes a crear cuendillar con un tejido que ha redescubierto hace poco. Sus jaquecas no han remitido y sólo disminuyen gracias a las atenciones de Halima, pero no por ello Egwene ha renunciado a tener la situación bajo control y, cuando Beonin Marinye y algunas Asentadas sugieren negociar con la Torre Blanca, las condiciones que Egwene les impone hacen imposible ningún acuerdo razonable con Elaida. La red de pactos y políticas se enmaraña aún más cuando la Antecámara rebelde acuerda tantear a la Torre Negra, algo que sorprende a la Amyrlin pero que acepta como un mal menor y necesario para poder hacer frente a los Renegados.
La misma noche en que Egwene le explica a Aviendha en el Tel'aran'rhiod lo que la Antecámara ha decidido Anaiya es asesinada con Saidin y no mucho después también muere Kairen Stang, la tercera mujer con más talento para fabricar cuendillar. Ante la falta de Kairen, Egwene no quiere arriesgar la vida de Bodewhin Cauthon en la peligrosa misión de convertir las cadenas que mantienen seguros los puertos de Tar Valon en cuendillar (cerrando la ciudad a cualquier apoyo exterior). Por ello, mientras que Leane se dirige al puerto meridional, Egwene ocupa el lugar de Bode y se encamina hacia el norte, logrando su cometido. Sin embargo, la joven Amyrlin ha sido traicionada, y es drogada con horcaria y capturada por la Torre Blanca.
Cuchillo de sueños[]
Egwene es llevada a la Torre Blanca y entregada a Silviana Brehon, la Maestra de las Novicias. Elaida ha ordenado que Egwene sea rebajada de nuevo al rango de novicia, que esté estrechamente vigilada por hermanas Rojas y bajo la influencia de la horcaria hasta que se someta a ella. Mas la Amyrlin cautiva está muy disgustada al ver el clima de confrontación que hay en la Torre Blanca y las pésimas relaciones existentes entre los Ajhs y se ha decidido a derrocar a Elaida desde dentro. En cuanto se duerme va al Tel'aran'rhiod y, a través de Siuan, imparte órdenes a sus seguidoras y a la Antecámara rebelde, ordenándoles que no traten de rescatarla y le den unos días para desestabilizar la posición de Elaida. No adopta una actitud abiertamente rebelde, pero se niega a renunciar a su postura como la Sede Amyrlin, lo que le gana constantes visitas al estudio de Silviana. Egwene recuerda las enseñanzas de las Sabias y Aviendha, y acepta los dolorosos castigos a la usanza Aiel, abrazando el dolor.
La campaña de resistencia pasiva de Egwene continúa día tras día, pese a los castigos de Silviana y la postura abiertamente beligerante de algunas Aes Sedai. Junto con la también capturada Leane, Egwene planta semillas de duda entre las hermanas y las iniciadas en la Torre y cuestiona algunas de las medidas más controvertidas emprendidas por Elaida. La muchacha descubre que Beonin la ha traicionado, pero se las arregla para imponerse a ella y obligarla a que la mantenga informada de lo que ocurre en la Torre. Poco a poco, la postura de Egwene comienza a dar sus primeros frutos, y al cabo de una semana se gana el respeto de las novicias. Por si esto no fuera poco, algunas de las Aes Sedai también han comenzado a tratarla de una manera más cautelosa, e incluso la propia Silviana se descubre manteniendo una charla con ella acerca de las medidas de Elaida. Egwene está ganando su guerra particular.
La tormenta[]
Por explícito deseo de Elaida, Egwene es llamada a servir la cena que ésta mantiene con Meidani, una de las espías enviadas por las rebeldes. El comportamiento de Elaida es totalmente insoportable durante la velada, y su faceta más tiránica y detestable emergen cuando insinúa a Meidani sus planes de instaurar un cuarto juramento que exija de todas las hermanas la obediencia a la Sede Amyrlin. Esto es más de lo que puede soportar Egwene, que deja caer a propósito la sopera y mancha la preciosa alfombra de su adversaria. Ésta monta en cólera y echa a Egwene de la habitación, ordenando nuevos y más duros castigos hasta que haya aprendido a no ser tan torpe; para Egwene, esto no es nada en comparación con el dolor que siente al ver la Torre fracturada. Las siguientes jornadas continúa con sus frecuentes castigos, sembrando dudas en las hermanas, visitando a Leane en su celda e informándose de la situación de las rebeldes a través de Siuan en el Tel'aran'rhiod. Cuando Egwene se entera de que Halima era una Renegada se lo toma muy bien y hace gala de una serenidad digna de una Aes Sedai, aunque por dentro se siente aterrorizada y manipulada por la Sombra.
Meidani pone en contacto a Egwene con el grupo de Seaine Herimon, formado por Asentadas de diferentes Ajahs que se han dedicado a la caza del Ajah Negro en secreto y usando la Vara Juratoria para tales fines. Egwene las censura por haber obligado a las espías rebeldes a prestar un juramento de fidelidad pero reconoce la labor que han hecho y las emplaza a hacer todo lo posible para que los Ajahs vuelvan a unirse. Lamentablemente, los progresos que está haciendo con Egwene se interrumpen cuando Elaida ordena que no reciba más clases privadas de otras Aes Sedai y que trabaje todo el día en las cocinas, cortando así cualquier contacto de la Amyrlin rebelde con las hermanas. Laras, la Maestra de las Cocinas, le ofrece ayuda para escapar, mas ella se niega y poco después es convocada para atender a Elaida en una nueva cena, esta vez con cinco Asentadas. La situación se vuelve tan insostenible que esta vez Egwene mantiene una tensa discusión con una desconcertada Elaida y la deja en clara evidencia en todos los frentes abiertos delante de las otras Asentadas. Elaida está furiosa y, en el momento en que Egwene llega a afirmar que ni el Oscuro querría asociarse con ella, estalla, la golpea con el Poder Único y ordena que la lleven a los calabozos.
Egwene pasa varios días en la más pequeña de las celdas de la Torre Blanca recibiendo palizas periódicas de hermanas Rojas hasta que es inesperadamente liberada. La Asentada Marrón Saerin Asnobar le sale al encuentro y le cuenta que Silviana salió en defensa de Egwene y se enfrentó a Elaida ante la Antecámara de la Torre, produciéndose un enorme revuelo en el Ajah Rojo cuando la Ayrlin manifestó sus deseos de neutralizar y ejecutar a la Maestra de las Novicias. Por su parte, Elaida ha sido censurada oficialmente por la Antecámara, pero no será depuesta. Egwene comprende que debe actuar antes de que sea demasiado tarde, pero una sorpresa aún mayor le aguarda en su habitación: Verin Mathwin está dentro y le revela sin ambages que pertenece al Ajah Negro, pero que ha dedicado su vida a investigarlo y ha escrito un completo libro sobre él, incluyendo a un gran número de Aes Sedai que ha podido identificar como Negras. Verin muere deseando suerte a Egwene y felicitándola por su excelente labor, y la Amyrlin se despide con pesar de la Marrón, que tanto a sacrificado por desenmascarar a la Sombra en la Torre. Mas aún la Amyrlin de las rebeldes está muy lejos de tener un instante de descanso, pues en medio de la noche suenan voces de alarma y explosiones: los seanchan finalmente han atacado a la Torre Blanca.
Al estar debilitada por los efectos de la horcaria, Egwene se hace con el sa'angreal de Vora, el más poderoso sa'angreal de la Torre, y con él encabeza un foco de resistencia en la vigésimo segunda planta, acompañada por novicias y algunas hermanas. Convertida en la Amyrlin guerrera y justiciera, en la personificación de la ira de la Torre Blanca, Egwene lanza descargas de rayos y bolas de fuego a sus enemigos, y derrota a decenas de ellos, siendo su frente el que menos bajas sufre aquella noche. Tras la marcha de los seanchan, la Amyrlin está tan exhausta que no puede hacer nada por impedir que Siuan, Bryne y Gawyn la rescaten y la lleven de vuelta al campamento rebelde, si bien al día siguiente deja bien claro su enfado con ellos y la pérdida de confianza en la que han incurrido. Egwene ordena ejecutar a Sheriam y a las otras hermanas Negras delatadas por el libro de Verin (una vez que ha comprobado con la Vara Juratoria que ciertamente eran Amigas Siniestras) y es convocada por sorpresa por la Torre Blanca para ser nombrada Sede Amyrlin, pues Elaida ha sido capturada por los seanchan. Egwene al'Vere se convierte así en la Amyrlin de la Torre Blanca por fin reunificada, pero aún quedan muchas heridas por curar antes de la Última Batalla. Su primer acto para reconciliar a los Ajahs es un gesto de acercamiento al Rojo, pues elige como su Guardiana de las Crónicas a Silviana Brehon, la única mujer que se atrevió a enfrentarse abiertamente a Elaida cuando ésta se propasó en sus funciones.
Torres de Medianoche[]
Con la Última Batalla en el horizonte, Egwene dedica todos sus esfuerzos a limar asperezas en la Torre y preparar a las Aes Sedai para el enfrentamiento en el que, a sus ojos, deben desempeñar un papel fundamental dirigiendo al resto del mundo. Inesperadamente, Rand acude solo a la Torre Blanca para hablar con Egwene, causando un gran revuelo pero haciendo que por medio de su influencia de ta'veren, de todas las personas presentes en la entrevista sólo la Sede Amyrlin pueda hablar con él. Rand revela a Egwene sus propósitos de romper los sellos de la prisión del Oscuro, pero ésta se opone abiertamente a él y, los dos acuerdan volver a citarse en Campo de Merrilor el día antes de que acuda a Shayol Ghul a cumplir su cometido. A continuación, Rand se marcha pacíficamente y deja tras de sí a una Egwene molesta y dispuesta a parar los pies a un plan que considera insensato y condenado al fracaso. La Sede Amyrlin cree que Rand entrará en razón si acude acompañada por otros líderes y sus fuerzas, por lo que envía cartas a todos los gobernantes con los que mantiene relaciones diplomáticas para que vayan a Campo de Merrilor en la fecha fijada.
En medio de una reunión con Nynaeve y Elayne en el Tel'aran'rhiod, Egwene y sus amigas son atacadas por Alviarin y Talva, lo que supone a ojos de la Amyrlin la prueba definitiva de que el mal no ha sido completamente extirpado de la Torre. Sus sospechas apuntan a que Mesaana sigue en Tar Valon y ha conseguido burlar a la Torre Blanca, por lo que se dispone a combatirla aun a sabiendas de que ella misma deberá actuar como cebo. Este hecho perturba enormemente a Gawyn, que en los últimos días se ha convertido en la sombra de Egwene sin importarle su opinión ni su posición de autoridad. Egwene ama a Gawyn, pero se siente frustrada porque no la trata como la Sede Amyrlin y en su afán por protegerla llega a ponerla en evidencia frente a otras Aes Sedai. La tensión entre los dos explota cuando Gawyn entra en sus aposentos y queda atrapado por las salvaguardas que ha dispuesto Egwene, después de lo cual la pareja discute y Gawyn decide regresar a Caemlyn.
Además de con Gawyn, Egwene tiene que lidiar con Nynaeve, a quien ha hecho llamar a Tar Valon para que se someta a la prueba de acceso al chal. La antigua Zahorí supera por la mínima la durísima experiencia que han dispuesto Egwene y las representantes de los Ajahs, pero no tiene el menor reparo en decirle a la Amyrlin que su prioridad ya no es convertirse en Aes Sedai, sino servir al mundo de la forma que cree más correcta: al lado de Rand en Shayol Ghul. De hecho, la prueba le ha abierto los ojos y le ha hecho ver que renunciaría al chal por proteger a sus seres queridos, un razonamiento que Egwene no llega a comprender en su amplitud.
Silviana informa a Egwene de que parte de la Antecámara de la Torre se ha reunido sin avisarla ni a ella ni a algunas Asentadas. La Amyrlin se presenta y no sólo consigue reservarse para sí las relaciones diplomáticas con todos los reyes y con el Dragón Renacido, sino que conmina a la Antecámara a adoptar reglas más estrictas sobre los encuentros de la Antecámara, recordando que por un suceso similar se produjo la escisión de la Torre. Después de arrebatar una importante cuota de poder y de decisión a las Asentadas, Egwene cita en el Tel'aran'rhiod a las Sabias y a las Detectoras de Vientos el mismo día que ha planeado su enfrentamiento con Mesaana. Los tres grupos de mujeres encauzadoras acuerdan desarrollar un sistema de intercambio de aprendizas, con la posibilidad de que las elegidas puedan elegir a cuál pertenecer al finalizar sus estudios.
Al marcharse las Detectoras de Vientos, Siuan se presenta para notificarle a Egwene que Mesaana y el Ajah Negro han acudido y han causado dos bajas. Preocupada por ello, la Amyrlin pide su colaboración a Amys, Bair y Melaine y ordena que sólo se queden con ella Nynaeve, Siuan y Leane, por ser las más diestras en el Mundo de los Sueños. En el transcurso de la batalla Egwene se topa con Perrin, quien está librando su propio combate con Verdugo, y al verlo rechazar un haz de fuego compacto, la joven comprende que la fuerza de voluntad y la destreza en el Tel'aran'rhiod son más poderosos que encauzar el Saidar. Gracias a ello, Egwene es capaz de sobreponerse al pánico inicial cuando es capturada por Mesaana y sujeta a un a'dam. Haciendo uso de toda su determinación y sintiéndose arropada por la institución de la Torre Blanca, Egwene no sólo rechaza el a'dam, sino que supera en un pulso de voluntades a Mesaana, destruyendo su mente y acabando con su amenaza. Tras esta gran victoria, Egwene se despierta y descubre a Gawyn desangrándose en sus aposentos después de haber derrotado a los tres asesinos Puñales Sanguinarios seanchan que estaban ocultos en la Torre Blanca. Egwene convierte de inmediato a Gawyn en su Guardián, afianzando definitivamente su relación cuando el andoreño comprende cuál ha de ser su papel al servicio de la Sede Amyrlin.
Personalidad[]
Con frecuencia se dice que Egwene es una joven deseosa de aprenderlo todo y de la forma más rápida posible, hasta el punto de desafiar las órdenes de sus maestras, incluyendo aquéllas que le han sido impuestas por su propia seguridad. Sin embargo, Egwene no sólo tiene las ganas de conocer nuevas cosas, sino que también cuenta con las aptitudes necesarias como para memorizar y asimilar las lecciones recibidas con pasmosa velocidad. Esta parte de su forma de ser no cambia ni un ápice a lo largo de los libros, si bien conforme pasa el tiempo la impaciencia de Egwene se va atemperando y controlando, en la misma medida que madura y adquiere una mayor responsabilidad.
La personalidad de Egwene va desarrollándose y evolucionando a medida que transcurre el tiempo, aunque en ciertos sentidos es, de los cinco jóvenes de Campo de Emond protagonistas, quien menos cambia su forma de ser. Ya desde El Ojo del Mundo se presenta a Egwene como una muchacha seria, independiente y responsable, aunque también en ocasiones bastante orgullosa, impaciente y con la tozudez que caracteriza a los que han crecido en Dos Ríos. En contraste con sus otros amigos (con la excepción de Mat), Egwene no parece sentirse tan vinculada a su lugar de origen, y apenas dedica unos pensamientos de recuerdo a Campo de Emond. Desde el inicio de su prodigiosa aventura tuvo los objetivos bien claros, y aunque se conceda algunas distracciones, en verdad no hay nada que llegue a apartar a Egwene al'Vere de cumplir sus planes.
No mucho después de conocer a Egwene, Moraine ya se percató de la habilidad que la joven tenía para observar con meticulosidad el comportamiento de las personas de su alrededor e intuir cuándo algo se escapa de lo esperado. Aunque Egwene no llegue siempre a descubrir las maquinaciones que se suceden en torno suyo, a menudo se deja guiar por sus presentimientos y se encuentra sobre aviso antes de que cualquier asunto la sorprenda. Este rasgo es uno de los que convierten a Egwene en una excelente líder y marca una fuerte contraste con las formas de ser de Rand, Mat, Perrin y Nynaeve, que por lo general no se percatan de gestos y comentarios subliminales y lo interpretan todo de la forma más literal posible.
Relaciones[]
- Artículo principal: Egwene al'Vere/Relaciones
Al tratarse de uno de los ejes centrales de las novelas, un gran número de personajes han llegado a establecer algún tipo de relación con Egwene. Como era de esperar, el colectivo con el que más vínculos ha forjado han sido las Aes Sedai, tanto antes como especialmente después de haber sido nombrada Sede Amyrlin. El trío de protagonistas femeninos, formado por Egwene al'Vere, Nynaeve al'Meara y Elayne Trakand, ha acaparado tanta atención y gestas logradas en los libros como el formado por Rand, Perrin y Mat. Además de la firme amistad, más allá de cualquier bando, que existe entre Egwene y los demás chicos de Dos Ríos, es importante destacar la relación amorosa que mantiene con Gawyn Trakand, a quien acaba por vincular como su Guardián. Otras amistades dignas de mención de Egwene son las que existen con Siuan, Aviendha y las Sabias Caminantes de Sueños.
Poderes y habilidades[]
Conocimientos generales de hierbas curativas: Como aprendiza de Nynaeve al'Meara durante su adolescencia en Campo de Emond, Egwene ha aprendido unas nociones básicas de las propiedades de un gran número de hierbas con las que preparar infusiones y decocciones de muy variados efectos. Aunque sus conocimientos están lejos de compararse a los de la antigua Zahorí, son suficientes como para que pueda reconocer algunas plantas y sabores y recordar parte de sus aplicaciones.
Poder Único[]
Egwene es una de las mujeres más fuertes encauzando el Poder Único nacidas en más de mil años, igualando a Elayne Trakand y a Aviendha. Son muy pocas las mujeres que pueden jactarse de superarla en fuerza, y de ellas sólo Nynaeve al'Meara y Sharina Melloy están ligadas a la Torre Blanca. Sus habilidades son tales que puede llegar a manejar hasta catorce tejidos simultáneamente, una gesta que por el momento ningún otro personaje ha demostrado saber hacer, aunque haya algunos que tengan el potencial para hacerlo. Las Aes Sedai de la Torre Blanca han declarado que en la actualidad no hay área alguna en la que Egwene deba ser entrenada, lo que indica que está próxima de alcanzar todo su potencial o ya lo ha hecho. Esto la hace, al menos de momento, en una mujer más fuerte que Elayne y Aviendha, pues Egwene es la que más ha progresado en los últimos meses.
Talentos[]
Aunque no es fuerte en la Curación, son varios los Talentos que Egwene ha demostrado poseer. Por su propia cuenta redescubrió el Viaje y fue la primera mujer nacida en la Tercera Era en abrir un acceso de forma consciente. Egwene cuenta con una habilidad excepcional en el manejo de los flujos de Tierra, algo ciertamente extraño entre las mujeres, lo que le permitió desarrollar el Ahondamiento en sus días como damane para detectar y extraer menas metálicas del suelo. Es probable que Egwene sea una de las contadas personas que manejan con igual de soltura los Cinco Poderes. Su dominio de los flujos de Tierra está relacionada con la fabricación del cuendillar, una técnica olvidada más de tres mil años antes y redescubierta accidentalmente por la propia Egwene al tejer sobre hierro fuertes flujos de Tierra, Aire y Fuego. Ante tan valioso hallazgo, Egwene se propuso enseñar inmediatamente a las otras Aes Sedai ese mismo método, pero hasta la fecha ninguna ha desplegado la misma maestría que ella.
Por si todo esto no fuera suficiente, Egwene es la primera Aes Sedai dotada con el Talento del Sueño desde Corianin Nedeal, muerta casi cinco siglos atrás. Aunque las Caminantes de Sueños son más frecuentes entre las Sabias, en la Torre Blanca se consideró que este Talento se había perdido para siempre hasta el descubrimiento de Egwene. Después de su aprendizaje con las Sabias la joven Amyrlin se ha convertido en una poderosísima Caminante de los Sueños, capaz de encontrar y entrar en los sueños de cualquier persona y derrotar a una Renegada como Mesaana en el Tel'aran'rhiod.
Sueños[]
- Artículo principal: Egwene al'Vere/Sueños
El Talento del Sueño no se reduce, ni mucho a menos, a moverse con fluidez en el Tel'aran'rhiod. Por el contrario, uno de los efectos más importantes de ser una Soñadora es la habilidad de tener un gran número de sueños proféticos. Los sucesos que Egwene ve en sueños son, como las visiones de Min, siempre relacionados con el futuro y se cumplen, por difícil que pueda resultar a veces su interpretación. Este aspecto del Sueño permite obtener información sobre el futuro de una forma mucho más eficaz y precisa que mediante la Predicción, aunque también es un proceso involuntario. Son muchos los sueños que ha tenido Egwene, en su mayor parte relacionados con Rand, Mat y Perrin, o bien con ella misma y Gawyn.
Trivia[]
- Antes de ser ascendida a la Sede Amyrlin, muchos comentarios y hechos dejan entrever el futuro de Egwene como líder de las Aes Sedai, aun desde El Ojo del Mundo.
- Aunque Egwene no ha llegado a pertenecer nunca a ningún Ajah, mientras aún era Aceptada se hizo pasar por una Aes Sedai del Ajah Verde. En la tercera visión de la prueba para convertirse en Aceptada se ve a sí misma como Sede Amyrlin proveniente de dicho Ajah, y ella misma ha reconocido para sí que, de haber tenido la oportunidad de ello, lo habría elegido.
- Con más sinceridad y menos remilgos que Nynaeve, Egwene abandona antes las bastas faldas y camisas de lana propias de Dos Ríos y comienza a utilizar elegantes vestidos de seda que realzan su belleza, sin recurrir a adornos excesivos. A lo largo de los libros emplea vestidos de prácticamente todos los colores salvo el gris, que le repele al hacerle recordar su etapa como damane.
- Según Robert Jordan, la forma correcta de pronunciar el nombre de Egwene al'Vere sería "Egwain al'Vir".
- Varios nombres de personajes importantes en las novelas parecen provenir de las leyendas artúricas. En el caso de Egwene, su nombre y su apellido son una clara alusión a la reina Ginebra (que en inglés se escribe Gwynevere).