Fal Dara es la ciudad más septentrional de Shienar y el segundo centro urbano en importancia del país, tras la propia capital, Fal Moran. Su símbolo es el Halcón Negro, que se encuentra presente en la propia bandera de Shienar, y las Tres Raposas que componen el emblema de la Casa Jagad. Como todas las ciudades de las Tierras Fronterizas, Fal Dara es a la vez un bastión de férreas defensas, preparada para resistir cualquier ataque de los Engendros de la Sombra procedentes de la Llaga. La ciudad tiene varios accesos, de los cuales se conocen por su nombre la Puerta del Rey al sur, la Puerta de Malkier al norte y la Puerta del Este. Además de una gruesa muralla, el propio diseño de Fal Dara está destinado a hacer frente a una posible invasión, con amplias calles, múltiples recovecos y cavidades desde las que lanzar flechas y aceite hirviendo, y una iluminación constante en cada uno de sus rincones, a fin de evitar que entre las sombras pueda infiltrarse algún Fado.
La ciudad está dominada por una enorme construcción, la fortaleza propiamente dicha, en la que reside es el señor de la ciudad, Lord Agelmar Jagad, comandante de los ejércitos shienarianos y uno de los Cinco Grandes Capitanes de su época. Todos los edificios de Fal Dara han sido construidos en piedra, y presentan la sobria pero elegante belleza tan propia de las Tierras Fronterizas. En estas duras tierras no se desperdicia nada, e incluso los escasos adornos que presenta cualquier construcción o mobiliario tienen una finalidad práctica.
Historia[]
En los años anteriores a la Guerra de los Trollocs, donde hoy se encuentra Fal Dara antes se erguía la bellísima ciudad de Mafal Dadaranell, la capital del reino de Aramaelle. Construida por los Ogier, era uno de las urbes más hermosas de su época, y se decía que su Arboleda sólo era superada en esplendor y riqueza por las de Tar Valon y Manetheren. Sin embargo, todas las maravillas de Mafal Dadaranell desaparecieron en el transcurso de la Guerra de los Trollocs, en la que Aramaelle fue destruido. Lo único que queda de su antigua gloria es la puerta a los Atajos, prácticamente olvidada por todos, y ubicada a unas millas al suroeste de la actual Fal Dara. La actual fortaleza fue construida en el mismo lugar donde antes se alzó Mafal Dadaranell (es evidente la distorsión del nombre), pero no participaron los Ogier, sino que es una obra realizada exclusivamente por seres humanos.
Eventos recientes[]
Tras la caída de Malkier, Fal Dara se ha convertido en el yunque contra el que chocan las fuerzas de la Sombra en sus intentos de entrar en las Tierras Occidentales. La vigilancia es permanente, y las nutridas y bien entrenadas tropas shienarianas se encuentran en un estado de alerta permanente, listas para combatir contra os Engendros de la Sombra en lugares de importancia estratégica tales como el Desfiladero de Tarwin, sólo unas pocas millas al norte. Uno de los combates más recientes librados en las proximidades de Fal Dara es el de 998 NE, cuando las fuerzas de Lord Agelmar se enfrentan a un enemigo varias veces superior y sólo consiguen alzarse con la victoria tras la providencial ayuda de un misterioso hombre capaz de encauzar, que resulta ser Rand al'Thor antes de ser proclamado el Dragón Renacido.
En los momentos previos y posteriores a la batalla se respira una gran actividad en Fal Dara, a raíz de la llegada de un extraño grupo de viajeros en el que se encuentra el propio Rand, en busca del Ojo del Mundo. A su regreso de ese legendario lugar, portan consigo entre otros tesoros el mítico Cuerno de Valere, que es custodiado en Fal Dara hasta su robo por parte de Padan Fain y de unos Engendros de la Sombra. Éstos lograron infiltrarse en la ciudad con ayuda de Amigos Siniestros el mismo día en que la Sede Amyrlin en persona había llegado a la fortaleza con el propósito de encontrarse con Moraine Damodred y conocer a Rand. Después del robo, un grupo de soldados liderado por Lord Ingtar Shinowa parte en busca del Cuerno, y en los meses posteriores se mantiene cierta calma en Fal Dara, hasta la llegada de la Última Batalla. Lord Agelmar acompaña al rey Easar a las tierras del sur en busca del Dragón Renacido y deja una guarnición reducida en Fal Dara, aprovechando que no se registra apenas actividad en la Llaga.
Al llegar la Última Batalla en el verano de 1000 NE, el Desfiladero de Tarwin se convierte en uno de los frentes por los que la Sombra lanza al grueso de sus ejércitos. Los soldados que se han congregado en torno a Lan Mandragoran y combaten en honor al recuerdo de Malkier son apoyados por las fuerzas de la totalidad de las Tierras Fronterizas, comandadas por Lord Agelmar. Sin embargo, la batalla termina convirtiéndose en una lenta pero inexorable retirada, en gran medida debido a que Agelmar es víctima de la Compulsión de Hessalam, un hecho que es descubierto demasiado tarde, cuando la mayor parte de Shienar ya ha sido arrasada. Fal Dara, al igual que las otras fortalezas del reino, son destruidas y dejadas atrás, a fin de impedir que los Engendros de la Sombra puedan hacer uso de ellas en su avance hacia el sur.