
Pedron Niall en su juventud
La Guerra de los Capas Blancas es un conflicto que se extendió a lo largo del suroeste de las Tierras Occidentales en el año 957 NE, unas décadas antes de los eventos principales narrados en las novelas. Según se cuenta, la guerra fue ocasionada por los Hijos de la Luz, que trataron de ampliar la influencia de su orden al vecino reino de Altara, aprovechando su desunión y la falta de un monarca enérgico capaz de desplegar su dominio más allá de la capital, Ebou Dar. Aunque todo el mundo se refiere a estas luchas recordando a los Capas Blancas, el nombre despectivo de los Hijos de la Luz, éstos recuerdan el conflicto simplemente como "los Problemas".
El innegable talento militar de Pedron Niall convirtió a los Hijos de la Luz en una poderosa y dinámica organización que afianzó hasta tal punto el control sobre Amadicia que acabó convirtiendo a su rey en una mera figura ornamental con un escaso margen de actuación. Habiéndose asegurado Amadicia, Niall planeó extender la hegemonía de los Hijos a los reinos vecinos y vio en Altara un bocado tremendamente sabroso. Así, los ejércitos de los Hijos cruzaron la frontera altaranesa en 957 NE e iniciaron su conquista. Se desconoce cuál fue la postura oficial del rey de Amadicia en este asunto, pero es probable que apoyara a los Hijos de la Luz o, como mínimo, adoptara un punto de vista neutral.
Es posible que Niall no esperara una resistencia tan denodada como ofreció Altara, que por una vez decidió unirse frente al enemigo común. Por si esto no fuera poco, a los altaraneses se les sumaron amplios contingentes de Illian y Murandy, cuyos gobernantes comprendieron que las ambiciones de los Hijos de la Luz acabarían por hacer peligrar su posición. Mas, pese a sumar los contingentes de tres reinos, los aliados encajaron importantes derrotas frente a los Hijos. En la Batalla de Soremaine el rey Mattin Stepaneos de Illian fue capturado por Niall y los Capas Blancas se habrían alzado con una victoria decisiva de no ser por la providencial actuación de Compañeros Illianos, entre los que, a la sazón, se encontraba un jovencísimo Tam al'Thor.
Se desconoce el desarrollo preciso de la Guerra de los Capas Blancas tras la Batalla de Soremaine, pero es por todos sabido que los Hijos de la Luz se vieron obligados a regresar a Amadicia en 958 NE y dejar aparcadas sus ideas expansionistas durante varios años. Pese a ser derrotado, Pedron Niall se consagró como uno de los mejores estadistas de la época, tal que fue considerado hasta su fallecimiento uno de los Cinco Grandes Capitanes. No obstante, en su fuero interno el líder de los Hijos de la Luz siempre mantuvo un recuerdo amargo de "los Problemas", en particular de su derrota en la Batalla de Moisen, para él el mayor error de su carrera al frente de los Hijos.
Consecuencias[]
Aunque fue vencido por las fuerzas combinadas de Altara, Illian y Murandy, Pedron Niall no cejó en su empeño de llevar a lo más alto a los Hijos de la Luz, y durante años siguió decidido a extender la influencia de su orden, para mayor gloria de la Luz y la suya propia. Disuadido de atacar en dirección oriental, sus siguientes planes incluyeron enviar destacamentos de los Hijos de la Luz a diversas naciones de las Tierras Occidentales y aprovechar las constantes luchas entre Tarabon y Arad Doman para instalarse en el Llano de Almoth y la Punta de Toman, hasta que la inesperada invasión de los seanchan frustró sus planes. Aun así, Niall tuvo éxito a la hora de convertir a los Capas Blancas en una auténtica potencia militar, temida y respetada en medio mundo, y pudo imponer la presencia de embajadores y observadores a monarcas débiles y temerosos de una nueva guerra.
Debido a las luchas fronterizas la aldea de Salidar fue abandonada en estos años, lo que permitiría cuarenta años más tarde a las Aes Sedai rebeldes establecer allí su base de operaciones y decidir cómo afrontar el Cisma de la Torre Blanca. Irónicamente, la proximidad de las Aes Sedai a la frontera amadiciense acabaría por ser el elemento desencadenante de la muerte de Pedron Niall y de la crisis interna de los Hijos de la Luz, divididos ante la postura que tomar de cara a las llamadas "Brujas de Tar Valon".