—Dain Bornhald a Verin Mathwin
Los Hijos de la Luz son una organización militar dedicada a encontrar Amigos Siniestros y extirpar de raíz el mal y la corrupción en cualquier lugar. El celo y la obstinación que muestran en estos ideales los convierte en peligrosos oponentes, que no se avienen con facilidad al diálogo, al considerarse los auténticos heraldos de la Luz en el mundo. Su cuartel general se encuentra en la Fortaleza de la Luz, en la ciudad de Amador. Los Hijos de la Luz se han convertido en un grupo tan poderoso e influyente que durante las últimas décadas han sido los auténticos dirigentes del reino de Amadicia.
Entre ellos, se suelen referir a sí mismos como "los Hijos". El resto de la población les llama con frecuencia de una forma despectiva (siempre que no se encuentren lo suficientemente cerca para escucharles), con el nombre Capas Blancas, por su vistosa indumentaria, que lucen inmaculada en todas las estaciones y haga el tiempo que haga.
Descripción[]
Los Hijos de la Luz visten siempre una capa de un blanco puro, así como un tabardo del mismo color por encima de sus ropas y su armadura. En el pectoral izquierdo lucen un sol de color dorado, un símbolo de la Luz que han convertido en su propio emblema. Las hombreras están adornadas con rayos plateados en los oficiales de menor rango y con estrellas de oro en los puestos superiores, en un número que indica su posición exacta dentro de la jerarquía. Cada Hijo lleva una armadura que incluye un casco metálico con forma cónica y unos pectorales planos. Todos los Hijos llevan espada, que han de saber manejar con soltura, pero nunca la portan si se encuentran en la sala de audiencias del Capitán General o en el Domo de la Verdad.
Los miembros de la Mano de la Luz visten las mismas ropas que el resto de los Hijos, salvo que en su caso añaden un cayado de pastor de color rojo detrás del disco solar presente en su tabardo. El Inquisidor Supremo sólo muestra el cayado rojo, sin el sol llameante.
Historia[]
La organización de los Hijos de la Luz fue fundada en el año 1021 AL, durante los convulsos tiempos de la Guerra de los Cien Años, por un hombre llamado Lothair Mantelar. Originariamente, los Hijos eran los discípulos de Lothair, que seguían los preceptos dictados por éste en su libro El Camino de la Luz. Al principio, los Hijos de la Luz llevaban una vida prácticamente ascética, encaminada a impartir sus ideales de vida como la forma de vivir en la Luz, y sólo se defendían así mismos en casos de legítima defensa contra la Sombra. Sin embargo, en torno al año 1111 AL ya se habían convertido en una fuerza militarizada que había pasado a centrarse en cazar y acabar con los Amigos Siniestros que encontrara en su camino.
El prestigio y el poder de los Hijos fue en sus primeros años bastante limitado, pero fue creciendo con el paso del tiempo, en la misma medida que la influencia de las Aes Sedai comenzaba a declinar debido al menor número de mujeres que llegaba a tomar el chal y a que su fama se veía resentida por su incapacidad por frenar algunos conflictos, como había sido la propia Guerra de los Cien Años. Para muchas personas, los Hijos de la Luz se convirtieron en los verdaderos paladines del Bien y los auténticos protectores del mundo, mientras que otros siguieron desconfiando de ellos y prefirieron mantenerse tan alejados de ellos como lo hacían de las Aes Sedai.
En torno al año 930 NE, la importancia de los Hijos de la Luz había crecido hasta tal punto que el rey de Amadicia consintió en que su reino se convirtiera en la base de operaciones de los Hijos, que se establecieron en la Fortaleza de la Luz, en la propia capital, Amador. En la década posterior el poder de los Hijos llegó a ser tal que se convirtieron en los líderes de facto de toda Amadicia, reduciendo el papel de monarca al de una especie de rey títere, dependiente en todo menos en nombre de los Hijos de la Luz. Éstos entraron en un proceso de veloz crecimiento gracias a la llegada de jóvenes y carismáticos líderes, como Pedron Niall, con una clara vocación expansionista e imperialista.
En 957 NE, Niall lanzó un ambicioso ataque al vecino reino de Altara como el primer paso en la creación de un imperio dirigido por los Hijos de la Luz. Así comenzó la que sería llamada por el resto del mundo Guerra de los Capas Blancas (los Hijos la denominaron simplemente los "Problemas"), en la que quedó claro el potencial de Niall y sus ejércitos, aunque al final se vieran obligados a regresar a Amadicia sin haber afianzado nuevas conquistas. Temiendo a los Hijos de la Luz, los reinos de Illian y Murandy prestaron ayuda a Altara para frenar la invasión, y entre los tres lograron que en unos meses Niall no tuviese más remedio que dejar aparcados sus sueños para una ocasión más propicia.
Ideología[]
—Pensamientos de Pedron Niall
Los Hijos de la Luz creen firmemente en la persecución y la destrucción de los Amigos Siniestros, en todos los escalafones de la sociedad y en cualquier nación. Como el Poder Único fue el arma causante del Desmembramiento del Mundo, los Hijos consideran que toda persona capaz de encauzar es también un Amigo Siniestro, lo que significa que para ellos todas las Aes Sedai son sirvientes de la Sombra. Suelen llevar sus creencias hasta el fanatismo, tratando de imponerlas a todo las personas y, si encuentran oposición, acaban declarando que quienes se muestran en contra son también Amigos Siniestros. Es muy frecuente que los Hijos de la Luz crean que alguien es Amigo Siniestro antes de interrogarlo, sea o no con pruebas contundentes de ello y, por supuesto, si hay juicios, éstos son sumarios.
El Camino de la Luz es la guía ideológica y espiritual que siguen los Hijos de la Luz, que dicta que se ha de seguir una vida sencilla y dedicarla a servir a la Luz de la forma que uno crea que es la correcta. Los Hijos de la Luz mantienen al pie de la letra muchas de las aseveraciones de Lothair Mantelar, y con frecuencia dan la impresión de que sólo ellos se encuentran en posesión de la verdad y que caminan en la auténtica rectitud, siendo el resto de opciones erróneas y sospechosas de ser afines a la Sombra. La filosofía de los Hijos es una mezcla de redención y retribución. Mientras que uno de sus axiomas es que "ningún hombre está tan perdido como para no poder ser devuelto a la Luz", otro afirma que "los pecados de la madre aún se manifiestan en la quinta generación y los del padre, en la décima".
Organización[]
Consejo de los Ungidos[]
- Artículo principal: Consejo de los Ungidos
El Consejo de los Ungidos es el nombre que recibe el grupo de hombres que son los máximos dirigentes de los Hijos de la Luz, cuyas reuniones son presididas por el Capitán General, el líder supremo de toda la organización. Las reuniones del Consejo de los Ungidos se celebran en el Domo de la Verdad, en el corazón de la Fortaleza de la Luz, o bien en la sala de audiencias del Capitán General.
Mano de la Luz[]
- Artículo principal: Mano de la Luz
Llamados a menudo "interrogadores" por otras personas (incluidas otros Hijos) siempre que no se encuentre alguno de sus integrantes cerca, la Mano de la Luz es una ramificación de los Hijos de la Luz que se responsabiliza de extraer confesiones de las personas que son capturadas, sospechosas de ser Amigos Siniestros. Emplean unos métodos cuanto menos cuestionables, realizando todo tipo de torturas hasta que obtienen lo que desean, una declaración de culpabilidad. Incluso los otros Hijos de la Luz tratan poco con la Mano de la Luz, que en muchos aspectos se comporta como un cuerpo aparte. Su líder es el Inquisidor Supremo, que tan sólo es inferior al Capitán General en la jerarquía.
Espionaje[]
Los Hijos de la Luz cuentan con una extensa y compleja red de "ojos y oídos", desplegada a lo largo de todas las naciones. La información que llega a la Fortaleza de la Luz es controlada y manejada por un Jefe de Espías que se asegura de avisar al Capitán General y comunicarle las noticias que considere de mayor interés. Incluso dentro de los Hijos, la verdadera identidad del Jefe de Espías no es conocida por nadie excepto el Capitán General. Además de esta red de espionaje, muchos otros capitanes pueden tener su propio grupo de informadores.
Jerarquía[]
Los rangos dentro de los Hijos de la Luz, comenzando de mayor a menor, son los que se exponen a continuación. Cabe destacar que la Mano de la Luz sigue una organización análoga, con la salvedad que su líder, el Inquisidor Supremo, tan sólo depende del Capitán General.
Oficiales[]
- Capitán General
- Capitán
- Primer teniente
- Teniente
- Subteniente
Resto[]
- Centurio
- Alférez
- Alférez segundo
- Brigada
- Sargento
- Jefe de fila
- Soldado raso
Eventos recientes[]
Pese a que en los años posteriores a la fallida invasión de Altara Pedron Niall ha seguido intrigando y planeando extender su influencia a las naciones vecinas, el poder y la influencia de los Hijos de la Luz han podido ser mantenidos dentro de los límites de Amadicia durante cuarenta años. En 998 NE trataron de fomentar la rebelión en Andor, un reino con el que mantienen una tensa relación debido al claro nexo que le une con la Torre Blanca, pero su plan fracasó. Incluso trataron de intimidar a las Aes Sedai y a los ejércitos andoreños enviando una nutrida fuerza a Tar Valon para impedir que la Heredera al Trono, Elayne Trakand, fuese enviada a la Torre Blanca.
De forma casi simultánea, Niall ha intentado aprovecharse del caos reinante en el oeste del continente y ha enviado un nutrido ejército al Llano de Almoth, con la excusa de poner orden en esas convulsas tierras pero en realidad con la intención de contribuir al caos, atacando por igual a los habitantes del lugar y a las fuerzas de Tarabon y de Arad Doman, hasta lograr que las propias naciones pidan ayuda y acaben rindiéndose a su superioridad. Las tropas, dirigidas por Geofram Bornhald, fueron aniquiladas por un enemigo totalmente imprevisto, los seanchan provenientes del otro lado del Océano Aricio.
Aunque los seanchan fueron enviados de regreso al mar tras lo sucedido en la Batalla de Falme, unos meses después regresaron y conquistaron Tarabon. Los Hijos de la Luz estaban por entonces dedicados a combatir a los Juramentados del Dragón en Ghealdan, tratar de imponer el orden en Dos Ríos y tomar una decisión clara sobre la presencia de Aes Sedai en Salidar y de Morgase Trakand en la Fortaleza de la Luz, y Niall hizo oídos sordos a los informes procedentes de Tarabon, al considerarlos frutos de la locura de su informador, hasta que fue demasiado tarde. Pedron Niall fue asesinado a traición y sucedido por Elmon Valda, pero tan sólo unas semanas después Amadicia es invadida por los seanchan, y los Hijos de la Luz supervivientes no tienen otro remedio que huir, aunque ofrecen una resistencia desesperada.
Valda firma una alianza con los seanchan frente al resto de sus enemigos, pese al descontento generalizado de los otros Hijos de la Luz. Uno de los oficiales más jóvenes y de carrera más prometedora, Galad Damodred, reta a un duelo a Elmon Valda, al hacerle responsable de la desaparición y del posible asesinato de su madre adoptiva, la reina Morgase. Galad sale victorioso y, tras acabar con Valda, es nombrado Capitán General. Seguidamente, dirige al grueso de sus ejércitos a Andor yse reúne con Perrin Aybara, considerado por muchos Hijos como un peligroso Amigo Siniestro. Los planes de Galad son aliarse con el Dragón Renacido para hacer frente a los seanchan y tomar parte en la inminente Última Batalla, algo que queda claro tras su reconciliación con Perrin.