
Lopar
Los lopar son unos animales exóticos de Seanchan, que en realidad fueron llevados allí por las Aes Sedai locales hace más de dos mil años, a través de Portales de Piedra. Son contemplados como los luchadores por excelencia entre todas las especies extrañas que ha incorporado el ejército seanchan a sus filas, sobre todo por su descomunal fuerza.
Un lopar es un animal muy corpulento, que puede llegar a pesar entre quince y veinte quintales al llegar a la edad adulta. Tiene cuatro patas, más largas que las de un oso en proporción a su cuerpo, pese a que dan impresión de ser más cortas por su grosor. Tiene la piel dura, áspera y correosa, con tonalidades que oscilan desde el marrón oscuro hasta un rojo pálido, y no está cubierta por pelo. Los lopar tienen cuatro dedos en cada extremedidad, siempre terminados en afiladas garras retráctiles. Las dos delanteras son prensiles, ya que estos animales son capaces de agarrar y manejar cosas. Su cabeza es muy grande y redonda, sin orejas. Poseen dos ojos, grandes, oscuros y con perturbador brillo de inteligencia, que están rodeados de protuberancias en punta a lo largo de toda su cuenca.
Los lopar son animales muy inteligentes, tanto o más que los perros, y probablemente semejantes o ligeramente inferiores a los torm, aunque carentes de su malevolencia. Enfurecidos son enemigos temibles, mucho más fuertes que cualquier animal de las Tierras Occidentales y con un aspecto ciertamente imponente cuando se yerguen a dos patas, alcanzando los tres metros. De un manotazo, un lopar puede desmontar a un hombre de su caballo sin apenas esfuerzo. Además, es capaz de superar a un caballo en las distancias cortas, si bien es cierto que es poco resistente y se cansa rápidamente. Pese a todo ello, los lopar son animales generalmente apacibles e incluso afectuosos, siempre que hayan sido entrenados de la forma adecuada.
Aunque con los seres humanos los lopar suelen comportarse con calma y docilidad, entre ellos son bastante competitivos. Se dice que el apareamiento entre dos de estos animales parece una batalla, y no es extraño que ambos ejemplares acaben con heridas. Son muy frecuentes las exhibiciones de poder, independientemente del género, y en ellas los lopar se ponen a dos patas y rugen hasta que el más bajo de ellos cede y termina tumbándose, asumiendo su inferioridad. En caso de que los dos lopar estén muy igualados, su enfrentamiento puede terminar en un combate, a no ser que sus morat (adiestradores) los tengan convenientemente adiestrados. Los partos de los lopar son siempre de dos crías, pero la mortalidad es muy alta, al igual que ocurre con el resto de animales que fueron traídos de otros mundos .
El uso fundamental de los lopar es en el campo de batalla, donde luchan equipados con un peto cubierto de láminas que les protegen la columna vertebral, el pecho y el vientre. También son muy utilizados como guardianes y protectores por la Sangre, gracias a su carácter plácido y a sus capacidades a la hora de un eventual combate. Los lopar que se emplean como guardia personal se encariñan con frecuencia de la persona a la que han de custodiar y se vuelven tremendamente protectoras con ellas, sobre todo si empezaron su cometido siendo su señor apenas un infante. Un ejemplo de esta profunda lealtad es Almandaragal, el lopar de la Augusta Señora Suroth Sabelle Meldarath.