Lugard es la capital del reino de Murandy. Si se les pregunta a los residentes de la ciudad, la mayoría dirán antes que son lugardeños que murandianos, una clara muestra de la inestabilidad de la nación y de su disgregamiento. Pese a ello, en Lugard reside el centro de poder del rey Roedran. Se encuentra situada en el punto de confluencia de los ríos Reisendrelle y Storn, en el propio corazón de Murandy. Se tiene noticia de al menos cuatro vías principales que llegan a la ciudad: una que la comunica al oeste con Jehannah, la capital de Ghealdan; otra en dirección sur hasta Illian; otra al noreste, hasta Cuatro Reyes y Caemlyn; y una más hacia el suroeste, que cruza todo Altara hasta alcanzar las puertas de Ebou Dar.
Lugard es una ciudad sucia, polvorienta y ruidosa, con un gran número de habitantes (aunque lejos de igualar a otras capitales como Tear o Caemlyn) confinados en poco espacio. Se encuentra rodeada por dos murallas, la más externa gris y que pide a gritos una reparación urgente y una interior en un estado aún más lamentable si cabe. Muchas de las calles no están pavimentadas, pese al continuo paso de caravanas de comerciantes por ellas. Las casas, tiendas, posadas e incluso las residencias de los nobles están construidas en piedra gris con tejados azules, rojos, púrpuras o verdes, pero siempre cubiertos de una capa de suciedad que desmerece las vistas y da un tono ceniciento a todas las tonalidades.
Lugard tiene una bien merecida reputación no sólo de su intensa actividad comercial, sino también de ser un lugar donde campa el desorden, todo tipo de delitos y una preocupante falta de moral. A los forasteros se les recomienda encarecidamente que recuerden el famoso dicho lugardeño que dice así: "No confíes en nadie excepto en ti mismo, y esto ni siquiera en exceso". Las tabernas y las salas comunes de las posadas son juzgadas por muchos como auténticos antros o garitos, poco recomendables para las personas con gustos refinados.
Las posadas lugardeñas que se han mencionado a lo largo de los libros son las siguientes:
- El Asiento del Carromato
- El Beso de la Domani
- El Cerdo de Plata
- El Martillo del Herrador
- El Oso Bailarín
- El Tiro de Nueve Caballos
- La Cabalgada de Buenas Noches