La Rueda del Tiempo Wiki
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Ogier

Ogier

“Que la Luz y la tranquilidad estén contigo”
   —Bendición Ogier

Los Ogier son una raza de criaturas no humanas que poseen un intenso amor por la paz y el conocimiento. Son también conocidos como los Alantin o "Hermanos del Árbol" entre los Aiel, y son considerados los mejores arquitectos, ingenieros y constructores, reponsables de la creación de los edificios y las ciudades más hermosas y magníficas del mundo. El trabajo que realizan los Ogier en la piedra es fácilmente reconocible por su naturaleza orgánica, ya que sus obras a menudo tienen el aspecto de haber crecido de la tierra como si fuesen plantas.

Sin embargo, la verdadera pasión de los Ogier no es tallar la piedra sino admirar todas las plantas, en particular los árboles. Habitan en los stedding, llenos de árboles, y cuando se marchan a alguna ciudad a realizar algún encargo suelen hacer crecer arboledas que les recuerden su hogar. De las antiguas ciudades, los Ogier afirman que sus obras maestras no eran los edificios sino las arboledas, auténticas maravillas en su mayor parte desaparecidas. Incluso su lenguaje escrito se asemeja a ramas y hojas.

Características[]

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Los hombres Ogier superan con facilidad los diez pies de altura (en torno a los 3 metros), describiéndoselos como "tan altos como un hombre y medio". Las mujeres son sólo un poco más bajas, y de rasgos algo más suavizados. Son seres corpulentos, que por su tamaño a veces son confundidos por Trollocs, pese a su naturaleza tranquila y bondadosa. Tienen narices muy anchas, bocas que casi les parten la cara en dos, orejas muy largas y picudas y ojos redondos del tamaño de tazas de té. Las orejas de los Ogier son una de sus zonas erógenas, por lo que se sienten violentos si tienen que hablar de ellas en público. Sus cejas son muy prominentes y les crece tan el pelo que les cae a ambos lados de las sienes.

Los Ogier tienen vidas mucho más largas que las de cualquier humano. Loial, el Ogier que más ha aparecido en las novelas al haber acompañado a Rand al'Thor y a Perrin Aybara en sus aventuras, es considerado por los Mayores el equivalente de un humano adolescente, impetuoso e irresponsable, pese a tener noventa años.

Orígenes[]

A medida que el mundo se precipita hacia el Tarmon Gai'don, la Última Batalla, los Ogier han comenzado a reunirse y están debatiendo si es el momento adecuado de abrir el Libro de Traslación. Por su descripción, parece tratarse de un poderoso artefacto capaz de trasladar a toda la raza Ogier a un mundo más pacífico. El hecho de que los Ogier tengan un objeto así parece ser indicativo de que en realidad son seres provenientes de otro lugar, y que dependiendo de la Era en la que se encuentre la Rueda del Tiempo se encuentran en un mundo o en otro.

Ogier by Randy Terrapon

Ogier por Randy Terrapon

Reputación[]

Pese a que los Ogier aún visitan las ciudades más antiguas para realizar actividades de mantenimiento de sus antiguos trabajos y emprender algunos nuevos, en las zonas más remotas y peor comunicadas se han convertido en seres legendarios, propios de los cuentos fantásticos. En las posadas antes existían habitaciones con camas de tamaño Ogier, pero ahora resulta difícil encontrar una que mantenga las antiguas costumbres. Incluso en en un sitio tan poblado e importante como Caemlyn la visión de un Ogier puede causar un tumulto, al ser confundido con un Trolloc. Sólo en Tar Valon, Tear, Cairhien e Illian parece ser más frecuente la visión de un Ogier, aunque sea un suceso digno de mención.

Las personas que conocen a los Ogier saben que son seres bondadosos, que se toman las cosas con mucha calma y piensan varias veces antes de tomar cualquier tipo de decisión. En todos los grupos y organizaciones sociales los Ogier son bienvenidos y tratados con un respeto exquisito, y ciertamente es difícil odiar a alguna de estas criaturas. Incluso los Aiel les consideran "amigos de agua", y comercian con algunos stedding fronterizos con frecuencia.

Sociedad[]

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Mujer Ogier

En las Tierras Occidentales los Ogier son gente pacífica que viven prácticamente recluidos en los stedding, que abandonan en muy raras ocasiones. Su sociedad enfatiza el poder de la razón y de los debates lentos y moderados, lamentando la prisa y la violencia que consideran tan propia de los seres humanos. No obstante, cuando se dejan llevar por la rabia son unos guerreros temibles, muy fuertes e inesperadamente veloces, que justifican el dicho común "haz enfadar a un Ogier y harás que las montañas se derrumben sobre tu cabeza".

Durante la Era de Leyenda los Ogier usaban su habilidad de Cantar a los Árboles junto a los Nym y los Da'shain Aiel para ayudar a los cultivos a crecer. Su reputación como guerreros se ha ido perdiendo a lo largo de los años, pero se sabe que durante la Guerra de la Sombra los Ogier lucharon en el bando de la Luz y fueron una combate de renombrada eficacia, dependiente en exclusiva de Lews Therin Telamon, el Dragón. Al parecer, también combatieron con fiereza durante la Guerra de los Trollocs, pero no han vuelto a participar en ningún conflicto armado hasta el final de la Tercera Era, ya que se niegan a inmiscuirse en las guerras de los humanos, y sólo luchan contra la Sombra.

Cada stedding es políticamente independiente de otro, y por supuesto no forman parte de ningún reino de los humanos, aunque su ubicación se encuentre dentro de las fronteras de una nación. Los Ogier viven en comunidades no muy numerosas donde los ancianos desempeñan un papel dirigente. Éstos son los llamados Mayores, que además suelen actuar como maestros de los jóvenes Ogier. En las decisiones que incluyen a más de un stedding, incluso a toda la comunidad Ogier, se recurre a una asamblea de Mayores de diferentes procedencias, llamada el Gran Tocón.

Ogier by Randy Terrapon 02

Un Mayor por Randy Terrapon

La Añoranza[]

Artículo principal: Añoranza

Con la destrucción provocada en el Desmembramiento del Mundo, la ubicación de los stedding cambió, y los Ogier de las Tierras Occidentales han desarrollado la añoranza, un mal poco conocido que es causado cuando un Ogier pasa demasiado tiempo fuera de su hogar. Cuando un Ogier es víctima de la añoranza comienza a fatigarse y a perder sus fuerzas, llegando a morir si no regresa cuanto antes a un stedding y se recupera en su interior durante un tiempo.

También existen Ogier en el continente de Seanchan, pero se sabe muy poco acerca de ellos, salvo que su sociedad ha adquirido una vertiente más brutal y guerrera, y que no han desarrollado la añoranza, al existir muchos más stedding en su territorio. Algunos de ellos incluso son guerreros, los llamados Jardineros de la Guardia de la Muerte, el cuerpo de elite consagrado a la seguridad de la familia imperial.



Los Atajos[]

Artículo principal: Atajos
Mayor Ogier

Un Mayor Ogier

En reconocimiento por el asilo concedido a los varones enloquecidos durante el Desmembramiento del Mundo, éstos crearon para los Ogier los Atajos, empleando sus conocimientos sobre otros mundos y los Portales de Piedra. Mediante los Atajos, los Ogier podían entre dos puntos comunicados por puertas de accesoa una velocidad mucho superior que recurriendo al transporte tradicional, empleando un par de días en recorrer distancias que se cubrirían en meses a caballo. Antes de abandonar los stedding, entregaron a los Ogier varios Talismanes de Crecimiento, con los que podían hacer crecer nuevas puertas de acceso a los Atajos o reparar las que fuesen dañadas.

Con el paso del tiempo los Atajos han comenzado a deteriorarse: donde antes existía una suave luz y caminos cuajados de hierba y árboles frutales ahora sólo hay una densa oscuridad y piedra desnuda que empieza a desgajarse. Ya no son un lugar seguro, pues los Engendros de la Sombra cuentan con puertas de acceso después de haber alcanzado la Llaga a los stedding más septentrionales. Sin embargo, es aún peor el peligro del Machin Shin, el Viento Negro, una siniestra entidad irracional que habita en los Atajos y caza y devora a todo aquél que encuentra en su interior.

Trivia[]

  • Es posible que el nombre de los Ogier provenga de los Ogros, aunque los primeros sean criaturas sabias y bondadosas.
  • Existe una Calle Ogier en Charleston, Carolina del Sur, hogar de Robert Jordan.
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