Rhuarc | |||
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Información cronológica | |||
Primera aparición | EDR 39 | ||
Última aparición | URDL 42 | ||
Última mención | URDL Epílogo | ||
Información biográfica | |||
Nombre completo | Rhuarc | ||
Nacionalidad | Aiel | ||
Nacimiento | ca. 950 NE | ||
Muerte | 1000 NE | ||
Información política | |||
Rango | Jefe de clan | ||
Afiliación | Car'a'carn | ||
Ocupación | Jefe de clan de los Taardad Aiel | ||
Descripción física | |||
Género | Hombre | ||
Complexión | Musculoso | ||
Estatura | Alto | ||
Pelo | Rojo oscuro con vetas grises | ||
Ojos | Azules | ||
Familia | |||
Lian (esposa) Amys (esposa) Varias hijas Ronam (hijo) |
—Rhuarc
Rhuarc es el jefe de clan de los Taardad Aiel. Proviene del septiar Nueve Valles y antes de ir a Rhuidean y regresar convertido en jefe de su clan formaba parte de la hermandad de los Aethan Dor, los Escudos Rojos.
Apariencia[]
Rhuarc tiene la fisonomía y el físico propio de los Aiel, acostumbrados a las duras condiciones de vida de la Tierra de los Tres Pliegues y a una constante lucha con los otros clanes. Es alto, musculoso y atractivo, con anchos hombros, el rostro cuadrado y prominente, ojos azules y una agradable sonrisa. Su pelo es corto y de un color rojo oscuro que empieza a mostrar vetas grises. Se desconoce la edad exacta de Rhuarc, pero seguramente esté en torno a los cincuenta años, pues ya tiene hijas adultas.
Historia[]
Aunque no se llega a confirmar en ningún pasaje de los libros, es posible que Rhuarc sustituyera a Janduin como jefe de clan de los Taardad después de la Guerra de Aiel, cuando éste perdió las ganas de vivir y se marchó hacia la Llaga. Superó la prueba de Rhuidean y se convirtió en jefe de clan, antes de lo cual tuvo que abandonar la hermandad de los Aethan Dor, de acuerdo con las costumbres Aiel. Rhuarc se ha casado con Lian y Amys y se sabe que tiene varias hijas y al menos un hijo varón, Ronam.
Sinopsis[]
El Dragón Renacido[]
A causa de los Sueños proféticos de Amys y las otras Caminantes de Sueños, varios grupos de Aiel salen del Yermo y penetran sigilosamente en las tierras húmedas para buscar a El Que Viene con el Alba. Su grupo de Taardad es el que ataca a un grupo de Trollocs y hasta tres Myrddraal que han capturado a las jóvenes Egwene al'Vere, Nynaeve al'Meara y Elayne Trakand, con las que tienen una deuda de toh después de que Nynaeve Curase a una Doncella Lancera herida. Unas semanas más tarde Rhuarc y sus Taardad entran en la hasta entonces inexpugnable Ciudadela de Tear, encontrando por fin a Rand al'Thor y cumpliendo uno de los pasajes más conocidos de las Profecías del Dragón. Los Aiel se convierten de inmediato en protectores, guardianes y escoltas de Rand, a quien quieren llevar cuanto antes a Rhuidean. Rhuarc está presente cuando Moraine Damodred discute los último eventos con Mat Cauthon, Egwene, Nynaeve y Elayne, y es una de las pocas personas que sabe que el joven sopló el Cuerno de Valere.
El ascenso de la Sombra[]

Rhuarc
Buena parte del tiempo que pasa Rhuarc en la Ciudadela de Tear lo hace con Mat, a quien llega a convencer de que pida a Bain y otras Far Dareis Mai al Beso de la Doncella, sin que el joven sepa en qué consiste realmente ese juego. La noche en que ocurre la burbuja maligna llega poco después de Perrin Aybara a los aposentos de Rand, y unos días más tarde es él quien interrumpe la acalorada discusión entre Faile Bashere y Berelain Paeron. No obstante, estos días más estáticos finalizan cuando Rand decide ir al Yermo de Aiel, viajando a través de un Portal de Piedra y acompañado de buena parte de sus amigo y de todos los Aiel comandados por Rhuarc. El grupo llega ese mismo día a Chaendaer, a escasa de distancia de Rhuidean, y allí son recibidos por Amys y las otras Sabias Caminantes de Sueños, Bair, Melaine y Seana. Éstas se saltan las costumbres ancestrales de los Aiel y permiten que vayan a su ciudad sagrada no sólo Aviendha y Rand, que en realidad es hijo biológico de Janduin, sino también Mat y Moraine, por cuyas venas no corre sangre Aiel.
Rand vuelve de Rhuidean con las marcas del dragón en ambos brazos que le señalan como el Car'a'carn, el jefe de jefes de clan y el hombre destinado a dividir y destruir a los Aiel, dejando que sólo sobrevivan un resto del resto. Rhuarc acepta los hechos con resignación y recomienda a Rand que vaya al dominio Piedras Frías de los Taardad antes de reunirse con los demás jefes de clan en Alcair Dal y hacer pública su declaración. Por el camino, Rand practica todas las tardes con la espada con Lan Mandragoran y con la lanza con Rhuarc hasta que llegan a Peñas Frías y son recibidas por Lian, la Señora del Techo. Ésta comunica a su esposo y a los demás que los jefes de clan se dirigen hacia Alcair Dal acompañados de miles de guerreros. La misma noche el lugar es atacado por Trollocs y Draghkar, y Rhuarc y los demás Aiel combaten con fiereza contra los monstruos, antes de descubrir que Couladin y los Shaido han aprovechado el desorden para levantar su campamento y marcharse, con la intención de llegar antes a Alcair Dal y poner en contra de Rand a los demás jefes de clan. Para refrendar que es el auténtico Car'a'carn, Rand revela a los cientos de miles de Aiel congregados la dura realidad de sus auténticos orígenes, y Rhuarc y otros jefes de clan no tienen más remedio que darle la razón, provocando que muchas personas renieguen de su herencia y su condición y se dejen llevar por el marasmo. La ruptura y la disgregación de los Aiel ha comenzado.
Cielo en llamas[]
Tras lo ocurrido en Alcair Dal, Rand discute con los jefes de clan Rhuarc, Bael, Bruan, Han, Erim y Jheran cómo ganar para su causa a los clanes indecisos y cómo detener a Couladin y los Shaido, que se dirigen a toda velocidad hacia el Paso de Jangai con la intención de atacar las tierras húmedas. Rand ordena seguirles y hacer todo lo posible por alcanzarles antes de que destruyan Cairhien, y de esta forma su enorme ejército abandona el Yermo de Aiel y entra en las Tierras Occidentales. Viendo la destrucción causada por los Shaido, Rand ordena a Rhuarc que trate bien a los escasos supervivientes que se encuentran pero permite que los Aiel obtengan el quinto, siempre que no sea de comida. En unos días a marchas forzadas, Rand y sus fuerzas llegan hasta la ciudad de Cairhien, por entonces asediada por los Shaido. El Car'a'carn planea con Rhuarc y los demás jefes de clan fieles a él el ataque y al día siguiente se lanzan a la Segunda Batalla de Cairhien, en la que muere Couladin y los Shaido son repelidos con éxito. Rand entra victorioso en la capital seguido por sus huestes Aiel y se instala en el Palacio del Sol. Rhuarc y los Taardad cotinúan en sus tiendas, aunque colabora activamente con el Car'a'carn y, junto con los demás jefes de clan, le ayuda a elaborar el ataque a Caemlyn, donde se ha instalado Rahvin, uno de los Renegados.
El Señor del Caos[]
Mientras afianza su posición en Caemlyn, Rand ha dejado a Rhuarc y a Berelain a cargo de Cairhien y, pese a las grandes diferencias culturales y personales entre ambos, resultan llevarse muy bien y hacen una labor encomiable durante su regencia. Los dos apenas tienen fricciones con Rand cuando éste regresa de cuando en cuando al Palacio del Sol, aunque ambos hacen frente común en el tema de Mangin e intentan disuadir al Car'a'carn de ejecutar al Taardad. Cuando la embajada de la Torre Blanca llega a Cairhien, Rhuarc se reúne con seis Aes Sedai y notifica de ello a las Sabias, que ya empiezan a sospechar de la actitud de las hermanas y de sus contactos con Berelain y otros de los nobles más importantes. Las intrigas y conjuras palaciegas acaban fatigando a Rhuarc, y él mismo dirige a sus fuerzas al norte a vigilar a los Shaido. A su regreso se reúne todos los días con Rand hasta que éste último desaparece sin dejar ni rastro. Alertados por Sulin, los líderes Aiel acaban comprendiendo que el Car'a'carn ha sido secuestrado por las Aes Sedai y Rhuarc convoca con pasmosa rapidez a siswai'aman y Far Dareis Mai para perseguir a las fugitivas. Decenas de miles de Aiel dirigidos por Rhuarc integran las fuerzas de Perrin Aybara que finalmente dan alcance a las Aes Sedai y luchan contra ellas y los Shaido en la sangrienta Batalla de los Pozos de Dumai.
La Corona de Espadas[]

El Car'a'carn ha sido rescatado y sus seguidores se han alzado con una contundente victoria sobre los Shaido, aunque todos han acusado un importante golpe emocional al ver en acción a los Asha'man, hombres capaces de encauzar el Poder Único que han masacrado a los enemigos de Rand con tanta crueldad como celeridad. Rhuarc no se concede un instante de descanso y lidera a un grupo de exploradores al final de ese mismo día. A volver, informa que los Shaido supervivientes huyen hacia el este y las Aes Sedai y sus soldados, hacia el norte. De todo el ejército Aiel, sólo él y Gaul son los únicos varones que no llevan las bandas que los distinguen como siswai'aman. A la mañana siguiente, Rhuarc dirige las lanzas de vuelta a Cairhien, con Rand y los demás, y allí permanecerá durante unos cuantos meses.
Cuchillo de sueños[]
Rhuarc pasa bastante tiempo con relativa calma e inactividad ocupándose de los Aiel acampados en Cairhien, ayudando en la administración del reino a Dobraine Taborwin y esperando alguna orden del Car'a'carn. Finalmente, Rand le envía un mensaje en el que le dice que él y sus Aiel Viajen a Arad Doman con Dobraine, que investiguen cuál es la situación allí y descubran si hay alguien a cargo de aquel reino devastado por los conflictos y las luchas internas.
La tormenta[]
Antes de que Rand entre en Bandar Eban, Rhuarc y Dobraine ya han asegurado la capital. El jefe de clan de los Taardad traslada al Car'a'carn el descontento de los Aiel, pues no pueden hacerse con el control del país atados de manos como están por las restricciones impuestas por Rand y además sin tener permiso a hacerse con el quinto. Rand trata con dureza y pocas contemplaciones a Rhuarc y le conmina a encontrar y capturar a todos los integrantes del Consejo de Mercaderes que pueda, ya que podría ser necesario elegir a un nuevo rey en Arad Doman si el actual, Alsalam Saeed Almadar, no da señales de vida. Desgraciadamente, los Aiel sólo encuentran a seis integrantes y dos de ellos ya están muertos, por lo que se sigue estando lejos de la ansiada mayoría y la urgencia de Rand de preparase para la Última Batalla hace que acabe rindiéndose a la evidencia y deje Arad Doman sin haberlo pacificado por completo.
Torres de Medianoche[]
En la cima del Monte del Dragón Rand ha vivido su Epifanía y regresa a la Ciudadela de Tear transformado, después de haber abandonado su propósito de volverse más duro y habiendo comprendido que debe luchar por asegurar que la Rueda del Tiempo siga girando y todos vuelvan a tener una nueva oportunidad de amar y de subsanar errores. Una muestra del enorme cambio que se ha operado en el Car'a'carn se ve cuando Rhuarc lo recibe con frialdad y preguntándose si se seguirá poniéndose en peligro a él y a todos, y éste le responde que, ciertamente ha incurrido en toh con los Aiel. Conciliador, Rand le dice al jefe de clan de los Taardad que ya no volverá a marcharse sin avisar y que aceptará la escolta de honor.
Un recuerdo de Luz[]

Lian, Rhuarc y Amys (por Richard Boyé)
En su condición de jefe de clan, Rhuarc es uno de los invitados en Campo de Merrilor a la asamblea en la que, ante la atenta mirada de todos los gobernantes de las tierras húmedas salvo los seanchan, Rand y Egwene discuten acerca de cómo afrontar la Última Batalla y el futuro tras ella. En el momento en que se acuerda firmar la Paz del Dragón, Rhuarc apoya a Aviendha e insiste en que los Aiel han de rubricar el tratado. El jefe de clan de los Taardad se convierte en el portavoz de su pueblo e indica al Car'a'carn que los Aiel no desean regresar a su medio de vida anterior, luchando y matándose entre ellos, y considera una mejor opción la planteada en aquel encuentro, y con la cual los Aiel se convertirán en fuerzas del orden que se asegurarán de mantener la paz sin responder ante reino ni gobernante alguno.
De cara al Tarmon Gai'don Rhuarc se propone que todos los Aiel combatan unidos en Shayol Ghul, mas termina aceptando los preceptos de Elayne y consiente en que algunos de los suyos se unan a otros frentes de batalla, al reconocer a la reina de Andor como la comandante suprema de las fuerzas de la Luz. Rhuarc se ciñe la banda que lo distingue como un siswai'aman y encabeza a los Aiel durante la Batalla de Thakan'dar, que inicia cuando ellos mismos irrumpen en el valle maldito y destruyen las forjas y sus siniestros forjadores. Éste sólo el desencadenante de un larguísimo combate en el que Rhuarc ha de asumir un liderazgo aún mayor después de que se descubra que el capitán general Rodel Ituralde ha sido víctima de la Compulsión de los Renegados y ya no se puede confiar en sus consejos y estrategias. A consecuencia de ello Rhuarc y los tearianos Darlin Sisnera y Rodrivar Tihera asumen el mando sobre los guerreros mientras Aviendha coordina a todas las personas capaces de encauzar el Poder Único que se encuentran en Shayol Ghul.
Mientras combate con Engendros de la Sombra y los temibles Samma N'Sei Rhuarc cae víctima de la Compulsión de Hessalam, convirtiéndose en una de sus mascotas. A partir de este momento desaparece cualquier vestigio del honorable Rhuarc sin que pueda ser recuperado, pues la Compulsión empleada por la Renegada es tan potente que reduce al jefe de clan de los Taardad a un esclavo sumiso que sólo ansía satisfacer los deseos de su señora. Sintiéndose acorralada, Hessalam envía a sus protectoras a acabar con Aviendha y el resto de sus atacantes, obligando a ésta a matar a Rhuarc, como descubre con horror al retirarle el shoufa que velaba su rostro. Intentando alcanzar la paz consigo misma, Aviendha se dice con acierto a sí misma que aquella persona a la que ha matado ya no era Rhuarc, pues él murió en el mismo momento en que cayó bajo la Compulsión de Hessalam.
Personalidad[]
De todos los jefes de clan Aiel, Rhuarc es el más prominente y el que en más ocasiones aparece a lo largo de la historia, dejándose entrever en él la férrea disciplina de su pueblo y sus rígidas ideas sobre el ji'e'toh. Leal y honorable como pocos, Rhuarc sigue al Car'a'carn pero no lo hace de forma ciega, sino que en muchas ocasiones se muestra dubitativo y reticente, y no tiene reparos en decirle que no debe comportarse con ellos como un rey, sino que ha de buscar el consenso. Esto no impide que Rhuarc se porta con sus seres queridos de forma amistosa y apacible dentro de los cánones de los Aiel, como queda patente al estar junto a sus dos esposas, Amys y Lian. Al ser padre, no es de extrañar que Rhuarc adopte con algunas personas una actitud paternal y protectora, como demuestra especialmente en sus relaciones con Rand al'Thor, Egwene al'Vere o Berelain Paeron.
Poderes y habilidades[]
Conocimientos avanzados de rastreo y exploración: Los Aiel son exploradores natos y prácticamente insuperables aun en terrenos nuevos para ellos como son las tierras húmedas. Como guerrero experimentado, Rhuarc es uno de los mejores en esta disciplina y lo ha demostrado en más de una ocasión dirigiendo a pequeños grupos de rastreo sin ser detectado aun por otros Aiel.
Dominio del combate cuerpo a cuerpo: Rhuarc es un maestro en la lucha cuerpo a cuerpo, reconocido como uno de los mejores combatientes Aiel y altamente respetado por ello. Prueba de sus habilidades a este respecto son las demostraciones prácticas y los entrenamientos que tiene con Rand de camino a Cairhien. Las lecciones del Taardad son una gran contribución para el desarrollo físico y las habilidades del Car'a'carn.
Dominio de diversas armas: Considerado con toda justicia uno de los mejores guerreros Aiel, Rhuarc es un algai'd'siswai, la elite de los habitantes de la Tierra de los Tres Pliegues. Aun luchando sólo con lanzas y dagas, Rhuarc es uno de los hombres más mortíferos del mundo, con una habilidad con estas armas que puede rivalizar con la del mismísimo Lan Mandragoran en la espada.