El Saidin es la mitad masculina de la Fuente Verdadera. Suele ser descrito como un furioso torrente de Poder que ha de ser sometido y controlado por una persona capaz de encauzar dotada de una firme determinación y fuerza de carácter. Los hombres capaces de contactar conscientemente con la Fuente Verdadera pueden percibir a las mujeres encauzando cerca de ellos de una forma muy leve, sintiendo cómo se les eriza el vello o se les pone piel de gallina. Esta sensación no es la misma en el caso de estar próximos a otros hombres encauzando, en cuyo caso no experimentan una reacción visible y certificable, sino más bien un sentimiento de sobrecogimiento y amenaza latente, mucho más difícil de relacionar con la persona que encauza y su localización.
A mayor encauzamiento del Poder Único por parte de otro varón, mayores son las percepciones del hombre y las posibilidades de que perciba a su alrededor el uso del Poder. Así, mientras que una mujer que encauza puede detectar con sencillez a otra mujer encauzando, en el caso de los hombres esto dependerá de forma directa de la cantidad de Saidin empleado en los tejidos. Ningún hombre puede asegurar a simple vista si otro varón puede encauzar (algo que sí ocurre con las mujeres) a no ser que su objetivo esté en contacto en ese preciso momento con el Saidin y encauzando una cantidad considerable de Poder. Las pruebas realizadas a hombres implican el encauzamiento de un pequeño tejido hacia el objetivo durante unos minutos hasta que se siente una leve "resonancia" en respuesta por parte de la otra persona. Una prueba así es bastante lenta, ya que puede durar entre quince y veinte minutos en hombres que tienen la posibilidad de encauzar de forma espontánea, pero que requiere de mucho más tiempo para aquéllos que podrían llegar a hacerlo por medio de un aprendizaje.
Una de las descripciones más frecuentes del Saidin es como una enorme cantidad de Poder Único, un furioso torrente de inusitada violencia que requiere de un control absoluto, de una voluntad férreo y de una lucha constante por someter y no ser sometido. Se dice que las analogías y las diferencias entre el Saidin y el Saidar son incluso más acentuadas que las que existen entre los hombres y las mujeres, de tal manera que no es posible que una mujer pueda enseñar a encauzar a un hombre, y viceversa. Este hecho, unido a la corrupción del Saidin por el Oscuro, ha provocado que apenas existan varones capaces de encauzar, y aún menos que sobrevivan el tiempo suficiente a la locura y la enfermedad como para hacerlo de manera consciente, efectiva y organizada. En la actualidad, sólo existe una organización de hombres que pueden acceder al Saidin, los Asha'man.