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Sorilea
Sorilea
Información cronológica
Primera aparición CEL 5
Última aparición URDL Epílogo
Información biográfica
Nombre completo Sorilea
Nacionalidad Aiel
Información política
Rango Sabia
Afiliación Car'a'carn
Descripción física
Género Mujer
Complexión Huesuda
Pelo Blanco
Ojos Verdes
“En mi época, las chicas saltaban cuando una Sabia decía "rana" y seguían saltando hasta que se les dijera que parasen. Como sigo viva, ésta sigue siendo mi época. ¿Necesito ser más clara?”
   —Sorilea

Sorilea es una anciana Sabia perteneciente al septiar Jarra, del clan Chareen. Es la Sabia del dominio Shende y, sin lugar a dudas, la que ocupa la posición más alta en la jerarquía de los doce clanes Aiel. Sorilea es una mujer ciertamente formidable, con un autoridad indiscutible en su pueblo aunque su capacidad para encauzar el Poder Único sea prácticamente nula.

Apariencia[]

Sorilea es una mujer que parece hecha toda de piel y huesos, al ser descrita como una anciana nervuda y huesuda. Sus ojos son de un color verde deslumbrante que reluce de astucia y una viva inteligencia y su pelo es totalmente blanco, muy fino y largo hasta la cintura, al estilo de las Sabias. Se desconoce la edad exacta de Sorilea, pero por comentarios suyos parece ser mucho mayor de lo que ya por sí aparenta. Tiene un sobrino que es el abuelo de un hombre que se quiere casar con Enaila, y ella misma sugiere a Egwene al'Vere que se case con el nieto más joven de una de sus nietas, lo que la convierte por lo menos en tatarabuela. Sorilea supera fácilmente los cien años, aunque es probable que Cadsuane Melaidhrin exagerase pensando que podía ser de su edad, en torno a los tres siglos. En cualquier caso, Sorilea es todo menos una anciana desvalida, ya que sigue estando en la plenitud de sus facultades físicas y mentales y se impone con facilidad sobre mujeres muchísimo más jóvenes que ella.

Sinopsis[]

Cielo en llamas[]

Después de que Rand al'Thor haya sido reconocido como el Car'a'carn, los Aiel se congregan en Rhuidean y se disponen a partir a las tierras húmedas en persecución de los Shaido. Sorilea de los Chareen es la mujer que lleva la voz cantante entre las Sabias, con un empuje y una autoridad que no deja de sorprender a todo el mundo, en especial a aquéllos que son ajenos a las costumbres Aiel. A lo largo de su viaje hasta Cairhien se puede ver a Sorilea congregada con otras Sabias e interesándose en particular por Egwene y Aviendha, ambas aprendizas de las Sabias Caminantes de Sueños. Antes de la Segunda Batalla de Cairhien, Sorilea y las demás Sabias permiten con cierta reluctancia que Aviendha participe en la lucha encauzando el Poder Único por no ser todavía una Sabia. Sin embargo, ni ella ni ninguna otra Sabia participa en los combates, de acuerdo con el ji'e'toh, y sólo colaboran cuando es necesario atender a los heridos. Al día siguiente, Sorilea se niega en redondo a que ningún noble acuda a ver a Rand hasta que éste esté despierto y totalmente descansado y encabeza el grupo de Sabias que entra con el Car'a'carn en la ciudad. Sorilea no está dispuesta a que Rand olvide su compromiso con los Aiel y que los trate como meras herramientas, y no sólo se lo dice claramente, sino que ordena que Aviendha siga al lado suyo todo el tiempo que pueda.

El Señor del Caos[]

Sorilea2

Sorilea (por Wytrab8)

Sorilea y la mayoría de las Sabias permanecen en Cairhien aunque Rand ahora pase varios días en Caemlyn, y se ocupan de ayudar y mantener bien vigilados a Rhuarc y a Berelain Paeron, a quienes el Car'a'carn ha asignado el gobierno del país en su ausencia. La llegada al Palacio del Sol de la embajada de la Torre Blanca causa un importante revuelo entre las Sabias, y Sorilea decide que todas aquellas Aiel que puedan encauzar con cierta fuerza se mantengan apartadas de ellas. Los días siguientes están marcados por un aumento de la crispación entre las Sabias, primero a consecuencia de una dura discusión que mantienen con Rand y más tarde por la llegada a su campamento de las Sabias Shaido, lideradas por la insufrible Sevanna. Poco más tarde Egwene confiesa a las Sabias que las ha mentido y que en realidad no es una Aes Sedai sino tan sólo una Aceptada y se ofrece a cumplir su toh con ellas por esta grave falta. Sorilea aprueba el comportamiento de Egwene y llega a decirle que tiene el alma de una Aiel, tras lo cual ella es una de las numerosas Sabias que participan en el castigo que le imponen antes de que la joven se marche a Salidar.

Rand ha regresado a Cairhien, pero está tan exhausto que llega a perder el conocimiento y hace que Sorilea y otras Sabias acudan a visitarle con prontitud. A través de Melaine, ellas tienen constancia de las extrañas habilidades de Min Farshaw, por lo que Sorilea desea hablar más con ella y la hace llamar a su campamento. La anciana Sabia se entera de que Min no ha regresado al Palacio del Sol una vez terminada su entrevista y es la primera que sospecha que la desaparición de Rand no ha sido casual. Cuando sus temores son confirmados y se revela que la embajada de Tar Valon ha secuestrado a Rand y Min, Sorilea se enfurece y mantiene la firme opinión de que las Aes Sedai han de recibir un severo castigo por haber faltado a su toh. Ella decide que las Sabias combatirán contra las Aes Sedai, aunque su liderazgo se ve disputado por Amys. Al final Sorilea consigue mantener su posición frente a la Sabia más joven, mas esto no impide que sepa reconocer la valía de Amys y permita que actúe como su mano derecha y que dirija junto a ella al grupo de cerca de noventa Sabias que participa en la Batalla de los Pozos de Dumai frente a los Shaido y las Aes Sedai fieles a Elaida.

La Corona de Espadas[]

La masacre en los Pozos de Dumai ha finalizado, y Sorilea piensa con Edarra qué poder hacer con las Aes Sedai capturadas. Las Sabias proponen a Rand que les permita custodiarlas hasta que se sometan y le presten juramento de fidelidad, algo a lo que el Car'a'carn termina accediendo, para profunda satisfacción de Sorilea, Amys y las demás. Al volver a Cairhien, Sorilea establece que todas las Aes Sedai hechas prisioneras sean da'tsang y les asigna tareas tan arduas como inútiles para hacerles ver que no poseen ningún honor. La Sabia permite que Verin Mathwin interrogue periódicamente a las Aes Sedai, un hecho que resulta ser un catalizador que conseguirá que, una tras otra, todas las cautivas decidirán formalizar su lealtad a Rand al'Thor. Ante estos resultados, Sorilea acude junto a Merana Ambrey a presencia del Car'a'carn y le recomienda que acepte la ayuda de las Aes Sedai que juren seguirle.

El Camino de Dagas[]

Si bien algunas Aes Sedai ya son totalmente leales a Rand, aún quedan varias que se resisten a hacer el juramento. Por ello, Sorilea acude a Kiruna Nachiman y otras hermanas para preguntarles qué son las cosas que avergüenzan más a los habitantes de las tierras húmedas, para ponerlas en práctica con las da'tsang. La formidable Sabia forja una alianza con la igualmente impresionante Cadsuane Melaidhrin para volver a enseñar a Rand "las risas y las lágrimas" y convertirle en una persona más fuerte pero no más dura. Como prueba de su buena disposición, Sorilea hace un gran regalo a Cadsuane y le enseña los tejidos que permiten a una mujer poderosa en el manejo del Saidar abrir accesos y Viajar. Unas semanas más tarde, al regresar Rand de su campaña contra los seanchan, Sorilea acude ante él para mostrarle las primeras cinco Aes Sedai que le han jurado fidelidad.

El Corazón del Invierno[]

Icono Aiel.svg

Sorilea y Verin entran en la habitación donde Cadsuane se encuentra con otras personas, incluyendo entre ellas a las cinco primeras Aes Sedai que prestaron juramento, Beldeine Nyram, Elza Penfell, Erian Boroleos, Nesune Bihara y Sarene Nemdahl. Ante la vista de todos ocurre una extraña escena en la que Sorilea le entrega a Verin un vial que, según ella, en pequeñas cantidades le puede ayudar a conciliar el sueño pero en más altas dosis puede llegar a matar a una persona. Tras ello, la Sabia comunica a Cadsuane que las últimas Aes Sedai que se resistían a someterse a Rand ya lo han hecho. Seguidamente, la anciana comienza a regañar a las hermanas que aún depende de ella, hasta que les llega la noticia del inexplicable desmayo de Alanna Mosvani. A raíz de este suceso Cadsuane decide partir a Far Madding, donde se encontrará con Rand. Sorilea permite que Viajen con ella Beldeine, Elza, Erian, Nesune y Sarene, alegando que ninguna de ellas hará algo útil si permanecen lejos de aquél que reconocen como el Dragón Renacido.

La tormenta[]

Obedeciendo las nuevas órdenes del Car'a'carn, la mayoría de los Aiel se trasladan a Arad Doman. Sorilea y Bair llegan al campamento donde están Rand y Cadsuane con la intención de contemplar con sus propios ojos a Semirhage, que ha sido capturada recientemente. Ante la atenta mirada de Cadsuane, Sorilea observa a la Renegada y hace un comentario que parece quebrar durante un breve instante la máscara de imperturbabilidad de la Señora del Dolor, al decir que parece más humana de lo que esperaba. A modo de réplica Semirhage trata de provocar a Sorilea teorizando sobre cuánto tardaría en conseguir que un Aiel mate a un herrero, una de las faltas más graves posibles al ji'e'toh. Sorilea concluye que la Renegada es muy peligrosa y que deberían matarla, mas Cadsuane le responde que deben hacer todo lo posible por aprovecharse de sus conocimientos de la Era de Leyenda. Sintiéndose en deuda con Sorilea, Cadsuane permite que ella y Bair vayan a su habitación y contemplen la llave de acceso al Choedan Kal y el Dogal de Dominio, una vez que deshace los tejidos invertidos que ha dispuesto sobre ellos.

Rand mata a Semirhage después de que la Renegada fuese liberada y tratase de aprisionarle usando el Dogal de Dominio que, en circunstancias no del todo aclaradas, fue extraído de las posesiones de Cadsuane. Amys y Sorilea llegan cuando todo ha terminado y contemplan la caída en desgracia de la Verde, amenazada de muerte por el Car'a'carn si vuelve a ver su rostro. Cadsuane habla con Sorilea y otras Sabias y reconoce haber fracasado, pero les propone un nuevo plan para devolver a Rand la humanidad que corre el riesgo de perder por completo. Como más tarde se revelará, la idea de Cadsuane incluía llevar a presencia del Dragón Renacido a su padre, Tam al'Thor, con la esperanza de que él consiguiera lo que ningún otro hasta entonces había logrado. Nynaeve al'Meara y Min también acaban por unirse a ellas, asustadas y muy preocupadas por el estado de Rand después de que él destruya sin remordimientos y misericordio alguna el palacio de Graendal y con él a todos sus habitantes.

Un recuerdo de Luz[]

Sorilea se encuentra reunida con las Sabias Caminantes de Sueños y con Kymer cuando Aviendha les relata las visiones del futuro que ha experimentado durante su segundo paso por las columnas de cristal de Rhuidean, algo que les inquieta y preocupa sobremanera por apuntar a la destrucción de los Aiel y de sus ideales. Las Sabias están de acuerdo en no hablar de esto con nadie más y en hacer todo lo posible por evitar tan desazonador futuro. Un paso en esta dirección es la decisión de Aviendha y refrendada por todos los Aiel de someterse también a la Paz del Dragón, el tratado con el que el Car'a'carn desea dejar un legado de paz al mundo y en el que inicialmente no había contemplado a los Aiel. En los días posteriores Sorilea y el resto de los Aiel se preparan para la Última Batalla, dispuestos a combatir en las mismas laderas de Shayol Ghul contra los siervos del Oscuro hasta que no les queden más fuerzas.

Pese a que apenas tiene fuerza en el Poder Único, Sorilea es una de las combatientes más activas durante la Batalla de Thakan'dar y ella en persona dirige un círculo contra Hessalam y los Samma N'Sei. El descubrimiento de estos últimos por los Aiel es una de las peores noticias que pueden recibir, y la propia Sabia llega a afirmar que la existencia de estos guerreros pervertidos por la Sombra han provocado que los Aiel tengan toh con el mundo entero. Sorilea sobrevive a la Última Batalla y se la puede ver discutiendo en voz baja con Aviendha y con Bair acerca de lo ocurrido, ya que sucesos como la muerte de Rhuarc parecen indicar que el futuro inicialmente vislumbrado por Aviendha podría haberse modificado, dejando un resquicio de esperanza a su pueblo.

Personalidad[]

Artículo principal: La afiliación de Sorilea

Desde su primera aparición, Sorilea es presentada como una mujer con una autoridad pasmosa que no deja de sorprender a todos los ajenos a la cultura Aiel. Según Egwene, el respeto y temor que sienten las otras Sabias hacia Sorilea es tal que siguen sus órdenes como si fuesen sus gai'shain. Ante un comportamiento así, se comprende que Sorilea esté acostumbrada a que todo el mundo, independientemente de su condición, siga su voluntad en un abrir y cerrar de ojos y no entre en su cabeza que alguien pueda desafiarla. Es bien consciente de su papel como dirigente de las Sabias, aunque también sabe reconocer y valorar de manera positiva el comportamiento de personas que tratan de levantar el vuelo y alejarse de su sombra, como es el caso de Amys, siempre que sigan las normas más elementales del ji'e'toh. En alguna ocasión se han dejado entrever conductas de Sorilea despóticas y maliciosas, lo que ha dado pie a ciertas teorías acerca de sus verdaderas lealtades, mas por el momento parece que no este comportamiento no es más que una forma del carácter firme, sagaz e inflexible de la Sabia.

Poderes y habilidades[]

Poder Único: Aparte de sus innegables dotes de mando y de poseer astucia, inteligencia y capacidad de observación que no se han visto en absoluto afectadas por su avanzada edad, lo que más llama de la atención de Sorilea es que tiene una fuerza mínima, prácticamente nula, encauzando el Poder Único. Clasificada con frecuencia como una de las personas más débiles en el dominio del Saidar, de haber recibido instrucción en la Torre Blanca, Sorilea habría sido enviada de vuelta a su hogar si ni siquiera haber terminado su formación como novicia. No obstante, este hecho no ha supuesto ningún obstáculo para que la anciana Sabia sepa memorizar intrincados tejidos y crear pequeñas versiones de ellos a su antojo, sin ninguna otra utilidad que mostrárselos a otra persona. Aunque esta habilidad suele ir unida a la fuerza en el manejo del Poder, Sorilea parece ser una notable excepción, ya que sabe crear los tejidos del Viaje pese a estar tremendamente lejos de poseer la fuerza necesaria para poder abrir un acceso.

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