
Soldado de las Tierras Fronterizas
Las Tierras Fronterizas son las naciones de las Tierras Occidentales que se encuentran situadas más al norte, limitando con la Llaga y las Montañas Funestas. A lo largo de la historia, un total de diez naciones han formado parte de las Tierras Fronterizas, aunque es probable que este término no comenzase a ser utilizado hasta la época de Artur Hawkwing, si no posteriormente.
Durante los trece primeros siglos de la Tercera Era, las Tierras Fronterizas fueron los reinos de Aramaelle y Jaramide, hasta que la primera fue destruida en la Guerra de los Trollocs y la segunda se colapsó unos años después. En su lugar emergieron tres nuevas Tierras Fronterizas, Basharande, Elsalam y Rhamdashar, que custodiaron la entrada a la Llaga durante los Años Libres. Estos reinos fueron conquistados por Artur Hawkwing, que los dividió en cinco provincias de su vasto imperio. Estas provincias fueron llamadas, de oeste a este, Saldaea, Kandor, Arafel, Shienar y Malkier. A comienzos de la Guerra de los Cien Años las cinco provincias declararon su independencia y, firmando una alianza, acordaron no atacarse entre sí y apoyarse en su lucha contra la Sombra y contra un posible ataque de sus vecinos del sur.
En 955 NE, Malkier fue destruida por una traición interna y un ataque de Engendros de la Sombra. Sus territorios fueron devorados por la Llaga, de tal forma que en la actualidad sólo permanecen cuatro Tierras Fronterizas. Éstas comparten el mismo estilo de vida militar, con una estrecha vigilancia contra la Llaga en sus fronteras septentrionales. En estos países, los Engendros de la Sombra no son criaturas legendarias sino peligros muy reales, hasta el punto de que todos los hombres portan armas y las ciudades son a un mismo tiempo grandes fortalezas, preparadas para contrarrestar un eventual ataque. Debido a que permanecen en un constante pie de guerra, los ejércitos de las Tierras Fronterizas son de lejos los mejor entrenados de todas las Tierras Occidentales.
Debido a la proximidad de las Tierras Fronterizas a la Llaga y a Shayol Ghul, las Aes Sedai son ampliamente respetadas y reverenciadas por toda la población de las Tierras Fronterizas. Sin embargo, no todo en la vida en estos agrestes lugares se reduce a luchar contra la Llaga. En Shienar y el extinto Malkier, han existido algunos combates puntuales con los Aiel. Al parecer, los Aiel y los habitantes de las Tierras Fronterizas sienten un respeto mutuo por el otro, pese a que a menudo han combatido entre ellos. La vez más reciente ha sido en la Guerra de Aiel, cuando varios miles de soldados de las Tierras Fronterizas lucharon contra los Aiel en la Batalla de las Murallas Resplandecientes. Entre todos los combatientes, Lan Mandragoran fue quien más se ganó la admiración de sus enemigos, siendo reconocido como el Aan'allein.
Las Tierras Fronterizas no han participado en los problemas de sus vecinos del sur, sin verse afectados por el Daes Dae'mar. A lo largo de varios siglos, las buenas relaciones entre estas naciones han ido mejorando más si cabe a través de los variados lazos matrimoniales que se han establecido entre sus gobernantes y la alta nobleza, de tal forma que en muchos sentidos las Tierras Fronterizas pueden considerarse un todo del que participan cuatro (antes cinco) reinos.
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Soldado shienariano
En 998 NE la Aes Sedai Moraine Damodred y su Guardián Lan Mandragoran, heredero al trono del destruido reino de Malkier, llegaron a Shienar junto con un grupo de jóvenes andoreños y un Ogier con una increíble misión: dar con el mítico Ojo del Mundo. El destino de este insólito grupo rápidamente se convirtió en una leyenda en las Tierras Fronterizas, pues no sólo encontraron el Ojo del Mundo y al Hombre Verde, sino que de alguna forma decantaron en favor de la Luz la batalla en el Desfiladero de Tarwin contra los Engendros de la Sombra y encontraron el Cuerno de Valere.
Después de ello, un grupo de soldados shienarianos acompañaron a estos viajeros a través de una serie de aventuras que culminaron en la épica Batalla de Falme, donde Rand al'Thor fue proclamado el Dragón Renacido. El husmeador del grupo, Hurin, regresó a Shienar y dio cuenta de todo lo ocurrido a Lord Agelmar Jagad, que por su parte avisó al resto de dirigentes de las Tierras Fronterizas. Como resultado, en unos meses se reunió un ejército de 200.000 hombres que marcharon al sur al mando de los cuatro reyes de las Tierras Fronterizas, para dar con Rand y comprobar que ciertamente era el Dragón Renacido. Tras su encuentro con él en Far Madding, los cuatro monarcas acordaron unir sus fuerzas al Dragón Renacido.