Los zomara son criaturas creadas al final de la Era de Leyenda a imagen de los seres humanos y dotados de una gran belleza. Aunque son considerados Engendros de la Sombra por haber sido creados por intermediación del Oscuro y como una idea más de la mente diabólica de Aginor, los zomara no son seres malévolos sino que carecen de todo poder de decisión más allá del único propósito por el que existen: servir a sus señores.
Características[]
Los zomara son seres humanoides, de complexión esbelta y aspecto juvenil, con los cabellos largos y dorados y una sonrisa candorosa siempre en sus bocas. Existen zomara de ambos sexos, aunque a menudo es difícil distinguir entre un hombre y una mujer, sobre todo porque suelen llevar holgadas vestiduras blancas y se mueven con una gracia y soltura sobrecogedoras. Su físico y su porte parecen en todo caso sobrehumanos, pero resulta evidente en todo momento que hay algo oscuro y terrible en ellos, ya que sus grandes ojos negros son vacíos y carentes de vida. Los zomara carecen de toda voluntad pero poseen una interesante habilidad: leer la mente, algo que usan para adelantarse a todos los deseos de sus señores.
En los cómics, Zoumara se diferencia de los libros en que su color y estilo de cabello no son los mismos, también los labios y el color de piel de Zoumara son diferentes, y algunos usan adornos para el cabello, aretes u otras joyas. Su ropa también es diferente a la de los libros. Zoumaras usa túnicas y cabañas blancas o marrones.
Eventos recientes[]
Los primeros zomara se pueden ver en la asamblea de Amigos Siniestros que dirige Ba'alzamon en el prólogo de La Gran Cacería. Posteriormente aparecen otros zomara en otras ocasiones, ya sea cerca de Moridin o en el encuentro que mantienen los Renegados sobre un reflejo de los Jardines de Ansaline en el Tel'aran'rhiod. No es de extrañar que Moridin favorezca tanto a los zomara, ya que él mismo afirma que siempre ha confiado en estos seres más que en cualquier sirviente humano. Sin embargo, no todos los Renegados comparten su opinión, ya que por ejemplo a Aran'gar le desagrada la idea de que puedan meterse en su cabeza aun cuando sean seres de poca inteligencia y totalmente incapaces de revelar los secretos de sus señores.